Presente imperfecto femenino

La selección española celebra la conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

La selección española celebra la conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Enric Jové

Enric Jové

En el país de la selección Campeona del Mundo de fútbol, rige el esperpento por norma general día tras día. Todo despropósito puede ser superado al día siguiente. Que semanitas llevamos. Dejemos al Sr. Rubiales al lado. Ya tiene abogada, quizás su primera y única decisión acertada en todo el proceso. Lo de su entrevista en inglés quedará para los cánones del catetismo ilustrado futbolístico.

Quiere explicarse y lo hace en un idioma que maltrata. Los que se quedaron, los herederos, pensaban que esto se solucionaba tan autocráticamente como hasta ahora sucedía todo. A rey muerto, rey puesto, el amiguete del ínclito asume la presidencia interina, hace cuatro gestos, dos cambios y todos a seguir igual. Se ganan dos partidos (de la selección masculina) por goleada a dos selecciones de nivel tercermundista futbolístico y se pasa página. Pues parece que no, que eso no basta. Una cosa es una cosa y la otra, no tiene nada que ver con la primera.

El problema no era sólo el esperpéntico Vilda, ese de los aplausos apresurados tras escuchar que le iban a renovar con un sueldo de 500.000 euros, anunciado a bombo y platillo en un lugar poco específico para hacerlo. Se quedó sin empleo, sin renovación y sin medio milloncito anual. Ahora que no había Mundial que perderse en el horizonte, si no simplemente unos partidos clasificatorios, nadie se ha bajado los pantalones (prenda ya tan femenina como masculina). Unas tenían unos principios, ahora tienen otros. Es el precio de ser campeona del mundo cuando sabes que puedes ganar. No esta mal que los recuperen ahora, aunque sea cuando es más fácil tenerlos (algunas, no todas, se perdieron ganar un mundial por seguir sus valores y principios éticos).

No lo duden, el problema es más grave y más profundo, es estructural; pero también comunicativo. A golpe de comunicado ni se soluciona, ni se resuelve nada, eso se hace conversando, interlocutando, pero sobre todo siendo explícito en lo que se pide y porqué. No debería costar empezar a aflorar lo que se solicita de forma pública y explícita. Porqué ténganlo claro, sólo al elevar a público el problema principal es lo que lo habría resuelto. Aún no sabemos, aunque intuimos, de que va. Primero se aplazó la rueda de prensa porqué la seleccionadora no tenía lista que hacer.

Días más tarde, ayer, se anuncia una lista que parece una provocación a la parte enfrentada, se las convoca sin mediar interlocución y, como parece, sin cambiar nada. Quizás la seleccionadora no llegará a debutar, después del show de la convocatoria. Las negociaciones y el tiempo lo dirán. La posición de la Federación es una apuesta fuerte y atrevida, intransigente, suicida podríamos decir. Además, con el reloj en una cuenta atrás (tic, tac, tic, tac…) antes del partido del viernes. Las jugadoras siguen jugando al contraatque con un nuevo comunicado. Es en lo único que pierden parte de la razón; porqué tenerla, estoy seguro que la tienen toda.

El diálogo es la única forma de comunicación entre seres humanos, los monólogos (aunque sean escritos) son puro postureo. Sin hablar no se entiende la gente. El deporte femenino es una apuesta de futuro que debe hablar en presente perfecto.