Del powerpoint al tuit

Gerad Piqué, durante el foro "Sun & Tech Málaga"

Gerad Piqué, durante el foro "Sun & Tech Málaga" / EFE

Enric Jové

Enric Jové

Gerard Piqué, vaya por delante, nunca fue un jugador de fútbol al uso. Podríamos decir que de casta le viene al galgo o, dándole un quiebro al prefacio de este mismo artículo, podría añadir que ser el más brillante del vestuario siempre le investió de una áurea distinta. Eso le gustó, le sentó bien y lo convirtió en su marca personal fuera del terreno de juego.

Reflexiones fuera de lo normal en entrevistas en medios más bien normales que esperaban los topicazos insulsos de los astros del balón. Su posicionamiento: Un deportista brillante. Eso no fue suficiente, podía hacerse aún más, ¿porqué no hacer la marca más grande? Sumar es multiplicar si te conviertes en pareja de Shakira. Mediáticos, icónos de deporte y música, para construir una combinación exponencial de personalidades que generó grandes réditos durante una década, con un catastrófico final relatado, en las ondas de radio fórmulas, con letras egocéntricas que no asumen que el fracaso de dos nunca es culpa de uno solo.

Gerard es hiperactivo, lo dice uno de su especie, sin intención crítica, eso le llevó a ser empresario antes de dejar de ser deportista de élite. Nunca es tarde, siempre es pronto. Disruptivo por vocación, creó Kosmos: una compañía con la vocación de revolucionar el deporte con la misión propia del “enfant terrible”.

Cojo la Copa Davis y la convierto en un mundial del tenis. Redefino el fútbol para que triunfe en los medios sociales interviniendo sobre las reglas del juego, el modelo de clubs y el control de sus audiencias. Boom. Primera temporada y la peto. Veo la oportunidad de que un estado-país tenga un equipo en primera división (déjenme llamar a LaLiga como se denominaba antes) para que se convierta en una campaña de publicidad en sí mismo.

Sobre el powerpoint, todo brillante. Pero los negocios son ideas con ejecución y, en demasiadas ocasiones, las ejecuciones son más determinantes que las ideas. No lo duden, las empresas son algo más que un powerpoint brillante. Los problemas de mercado son lo más habitual y las negociaciones forman parte de la vida empresarial. El deporte se retransmite en directo, los negocios y sus discrepancias, no. Dudo que un problema pueda solucionarse digitalmente en casa del éfimero pájaro azul, ahora reconvertido en X.

Las disputas en redes sociales las alimenta el diablo y se convierten en hashtags en la plaza virtual del pueblo que no benefician a ninguna de las dos partes. Las diferencias ideológicas se resuelven tomándose un café, en una reunión con voluntad de hacer renuncias y aceptar errores por ambas partes, aunque uno tenga toda la razón, sin hacer participes a audiencias no implicadas que nunca entenderan de la misa ni la mitad.

Gerard seguirá siendo un tipo brillante que debe aprender, como los grandes del mundo de los negocios, de los fracasos para seguir emprendiendo más y mejor. Estoy seguro que lo hará. Ser crítico con lo que haces y como lo haces siempre te lleva a mejores lugares. Yo siempre querría a Piqué en mi equipo para hacer lo que él quisiera, fuera del campo, pero con un sistema distinto de juego, hay que saber a que, con quién y como juegas. Dicen: Why, how, what.