Piqué descubre la autocensura en el fútbol

Ramos y Piqué volverán a coincidir la próxima semana con la Roja

Ramos y Piqué volverán a coincidir la próxima semana con la Roja / AFP

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Cuando Sergio Ramos aparece liderando una imagen en la que se ve a sus ‘Toiss’ luciendo una bandera española con una pancarta que diviniza al central, no pasa nada. Ni siquiera si esos mismos amigos de compañía lo hacen con sus brazos en alto, con el bíceps tenso y la mano estir ada. Lo que podría llamarse, sin miedo a equivocarse, un gesto fascista. No pasa nada porque en España solo pasa algo si se lleva la contraria a quienes mandan. Que es lo que hace Gerard Piqué. No porque quiera llevar la contraria, sino porque, simplemente, expresa su opinión, que no tiene nada que ver con la expresada por los musculados sin camiseta que acompañan al musculado sin camiseta Ramos. De hecho, no tiene nada que ver en el fondo, pero tampoco en la forma: Piqué lo hace de forma pacífica, que es todo lo contrario a un saludo fascista. Pero el problema no son ni Piqué ni Ramos, que expresan sus opiniones como les da la gana, gusten o no. No son solo ellos quienes tienen ideología. Son muchos los futbolistas que piensan, que leen, que se interesan por el mundo que les rodea. Pero son pocos los que, como hizo este viernes Piqué, se expresan sin miedo. Y esa es la cuestión: ¿de qué tienen miedo quienes no opinan con libertad? La respuesta, esa sí, da miedo.