Cuando la pelota entra, Laporta es imbatible

Joan Laporta

Joan Laporta / Valentí Enrich

Joan Vehils

Joan Vehils

No hay ningún presidente en toda la Liga capaz de asumir una conferencia de prensa con preguntas posteriores y sin límite horario como lo hizo Laporta el pasado jueves. El presidente del Barça es el número uno delante de un micro y más aún cuando los resultados le acompañan. Da igual que tenga que defender la pulcritud del acuerdo con la empresa turca Limak, de asegurar que han salvado al Barça de la ruina o de restarle importancia a la rajada del hermano de Messi sobre su persona.

Sea o no sea cierto todo lo que asegura y cuenta, él se lo cree, y como lo explica con argumentos, pasión y orden, aumenta su credibilidad. Su elevado poder de convencimiento también provoca que pocos barcelonistas se atrevan a cuestionar su gestión en voz alta. El único que en los últimos tiempos ha osado pedir más transparencia en el tema del Espai Barça ha sido el excandidato, Víctor Font.

Eso sí, lo ha hecho con la boca pequeña y a medianoche. Así que puedo imaginar la reacción de Joan Laporta al acabar su intervención de la mañana del jueves y desaparecer por detrás del escenario tras dos horas dando la cara. Sospecho que debió celebrarlo igual que cuando el Barça marca uno de esos goles que decantan un partido o eliminatoria. O sea, con pasión. Y, claro, y, seguramente con razón, recibiendo los parabienes, abrazos, palmaditas en la espalda y elogios de todos sus directivos y asesores.

Quizá estos días que vuelve la Champions alguien recuerde que el Barça quedó eliminado a las primeras de cambio, pero como ya ha calado que el objetivo de este año es ganar la Liga, y se va a ganar, en la próxima rueda de prensa, a finales de temporada, ya les avanzo que dirá que se han cumplido los objetivos previstos. Y será verdad, aunque a principios de esta temporada, el propio Laporta hablará abiertamente de conquistar el sextete. Pues eso, que este jueves, Laporta fue el ‘puto amo’ del Auditorio 1899 del FC Barcelona.

Nadie le puede discutir al presidente del Barça que no haya logrado confeccionar un equipo que vuelve ilusionar, que compite y gana y eso, a la postre, es ahora más importante que si la constructora del Espai Barça es turca o española o si el año que viene hay que trasladarse a Montjuic. Así pues, tras casi dos años de mandato, Laporta empieza a sacar pecho y sin que nadie cuestione su verdad y su razón. La pelotita entra y encima comunica como nadie. Una fórmula aparentemente invencible.

Más interés por Alemany que por Laporta

Eso demuestra que al socio y a los simpatizantes del Barça de todo el mundo lo que realmente les interesa es cuando se habla de futbolistas y su futuro