El Palau vibró como nunca

El partido fue espectacular. Y el dominio del Barça, abrumador

El Madrid capeó el temporal como pudo

Sanli hizo un gran trabajo frente a Tavares

Sanli hizo un gran trabajo frente a Tavares / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

LA SOMBRA DE LAS LESIONES

Espero que no sea una victoria que salga demasiado cara. Los playoffs ante el Zalgiris están a tocar, y veremos cuál es el diagnóstico de Higgins, Vesely y Abrines. El partido fue espectacular. Y el dominio del Barça, abrumador. El Madrid capeó el temporal como pudo.

Fue en el primer cuarto cuando los de Chus Mateo estuvieron más sólidos, en especial en el tramo final del mismo. El Barça salió con Satoransky de base, sin Laprovittola ya que Jokubaitis fue baja, y tanto el base checo como después el argentino estuvieron nerviosos y perdieron varias posesiones, algo que aprovechó el Madrid para correr. Suerte del trabajo y acierto de Vesely y, más tarde de Sanli, para no perder el norte.

Fue el cuarto de Hezonja. Lo mismo que en el segundo periodo apareció un infalible Musa en ataque, pero muy flojo en defensa. Los blaugranas perdieron a Higgins y Vesely lesionados, pero la reacción de Satoransky, dos entrades plenas de carácter, y Laprovittola, de menos a más, igualaban el marcador. Mirotic, muy motivado, iba sumando.

Tavares, por su parte, demostró antes del descanso que no tenía su día. Como siempre intimidador, pero poco resolutivo en ataque. No obstante, los madridistas mantenían un tono físico muy alto y ello les permitía estar dentro del partido.

TERCER CUARTO PARA ENMARCAR

Desde el primer segundo. Canastas de Lapro, Satoransky y Abrines. El perímetro funcionó, pero el complemento interior del mejor Sanli, y un desbocado Mirotic desarmó a los blancos. Con Tavares en el banquillo entrar a canasta era más sencillo, sólo Yabusele podía dar miedo, y el Madrid sufrió mucho.

Cierto que, en ocasiones, recortaban distancias, pero el Barça aceleraba y volvía la diferencia en el marcador, 78-63. El ultimo cuarto tuvo su miga. Relajación, cansancio, errores…un cóctel de despropósitos que, unido a una defensa férrea del Madrid, provocó un cierto pánico en el Palau. Chus Mateo planteó un equipo pequeño en pista, para presionar, y también buscó una alternativa defensiva cercana a la zona que trabó las ideas de los de Saras.

El marcador llegó estar a tocar del empate, pero un mate de Mirotic, y una falta, y posterior técnica, de Hezonja lo arregló todo. El final del duelo no pudo tener mejor guion. Recuperaciones y contrataques del Barça, dos mates estratosféricos de Nnaji, uno de ellos ante Tavares, y las diferencias se dispararon. El ambiente en el Blaugrana era irrespirable, y las fuerzas se le acabaron al Madrid. Los blancos se quejaron de la diferencia en las faltas pitadas. Tienen razón, 21-28.

Pero hubo igualdad en los tiros libres lanzados. Y, además, la agresividad del Madrid tras el descanso, en especial en el último cuarto, ya que tenían que recuperar puntos, fue muy superior a la del Barça. Pero no hay que olvidar que, en rebotes, 42-25, y en asistencias, 21-9, explican quién jugó más como equipo y con más ganas a la hora de luchar por el rebote. Ahora, a esperar qué dicen los médicos.