Ojalá Guardiola volviera a su Barça

Pep Guardiola gesticula durante el duelo ante el Lyon

Pep Guardiola gesticula durante el duelo ante el Lyon / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Hablamos (y escribimos) mucho y con razón del fracaso general del Barça en todas las competiciones y en concreto en la Champions, con humillación histórica incluida. Pero, para ser justos, también tendríamos que hablar (y escribir) del fracaso de Guardiola en la Copa de Europa: el último título continental de Pep se remonta al año 2011... cuando entrenaba al mejor Barça de todos los tiempos.

Los antiguardiolistas (que los hay, y muchos, incluso entre el barcelonismo) celebraron con euforia que el Manchester City, una vez más, fuera eliminado en los cuartos de final. Los antiguardiolistas (que odian profundamente a Pep por ser quien es y por ser como es) le recuerdan que ha sido incapaz de conquistar la Champions con el Bayern (3 temporadas) y con el City (4 temporadas). Y argumentan que la ganó con el Barça (en 2 ocasiones) porque entrenaba a una generación de futbolistas irrepetibles.

Los proguardiolistas (que lo defienden como talibanes) no reconocen ninguno de los errores de Pep. Ni ahora, ni en el pasado. Ni, probablemente, en el futuro. Y, la verdad, considero que se equivocan tanto unos como otros... Para mí, Guardiola ha sido el mejor técnico de la historia del Barça junto a Cruyff. Y sus éxitos se han basado en una plantilla excepcional (la mejor época de Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi...) y en la fidelidad a un estilo único.

Lo que le ha pasado en el Bayern y en el City solo hace que engrandecer aún más los triunfos logrados con el Barça. Y demuestra lo difícil que es ganar la Champions, una competición en la que importan mucho los detalles (y la suerte) y en la que cualquier error (en defensa o en ataque) se paga muy caro. Pep se ha quedado, un año más, sin Champions.

Pero ojalá fuera el próximo entrenador del Barça. Porque solo alguien como él, con su inteligencia, con su carácter, con su conocimiento del club y del entorno y con su credibilidad ante el vestuario, sería capaz de afrontar con garantías de éxito la revolución que necesita el Barça. Su Barça.