Nadal-Messi, dos casos únicos en el deporte

Nadal, durante el encuentro ante Ruud

Nadal, durante el encuentro ante Ruud / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

La historia de amor de Rafael Nadal con Roland Garros vive un nuevo episodio que engrandece todavía más la figura del tenista manacorí. A sus 36 años, que no es poco para un deportista profesional, ha vuelto a ganar donde lo hizo por primera vez con solo 19 años, en su primera participación en el Roland Garros, registro que hasta ese momento solo había conseguido Mats Wilander. Y vuelve a ganar ahora, cuando sus problemas físicos le colocan cada día al borde de la retirada.

Nadal, aun sin sensibilidad en un pie, volvió a imponerse en un torneo talismán y transmitiendo una serie de valores que son los que le hacen eterno. La edad no es un hándicap, la voluntad no debe ser un obstáculo sino una motivación, los rivales pueden ser mejores pero, pese a ello, les puedes superar. Porque Nadal no es el mejor tenista de la historia porque otros, como Federer o Djokovic, le pueden superar técnicamente, pero sus éxitos sirven para demostrar a cualquiera que haga deporte que no hay excusas que valgan y que todo es posible si dedicas tu cuerpo y tu mente en un único objetivo. No hay mejor ejemplo de profesionalidad en el mundo del deporte. España tuvo otro deportista de este calibre que, sin la mitad de talento que Nadal, pudo tocar la cima: Carles Puyol, quien lo dio todo (y esto quiere decir todo) para llegar donde el talento no se lo permitía.

Al final, hay deportistas únicos por poseer un talento único pero los que trascienden son los que al talento añaden un compromiso, una actitud, una dedicación, una motivación fuera de lo común.

Los 22 Grand Slams, dos más que cualquier otro tenista, es algo único en el mundo de la raqueta y que certifican que estamos hablando de un deportista especial.

Y es que este tipo de jugadores precisan de estos datos que les acaben de catapultar a lo más alto. Es como el caso de Messi, que ya lleva 40 títulos en su carrera deportiva desde que debutara en 2004. Tiene a Dani Alves a tocar (41) y estoy seguro que hará todo lo que pueda para que se le considere sin ninguna duda como el número 1. En todo. Los jugadores tocados por una varita mágica precisan también de estos registros que les hacen especiales. Nadal ya lo tiene. Y Messi lo logrará. Lo mejor de todo es que ellos dos son una bendición para el deporte porque se encargarán de demostrar que no están muertos, cuando más de uno los haya enterrado varias veces.Ha pasado con Nadal y ha pasado con Messi. Sin embargo, ambos siguen en la brecha y listos para rebasar otra frontera que considerábamos infranqueable. Como ha pasado con Nadal.Y como puede pasar con Messi durante el mes de diciembre.