Todas las miserias que Messi escondía

Leo Messi, con el Balón de Oro 2021

Leo Messi, con el Balón de Oro 2021 / Google

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La decadencia del Barça se inició hace ya demasiado tiempo. Yo situaría el principio del fin justo después de ganar el triplete del 2015. Un triplete que provocó la victoria de Bartomeu en las elecciones. Un presidente que cometió muchos errores pero, posiblemente, el más grave de todos fue darle el poder absoluto a los jugadores. Luego vino la huida de Neymar al PSG y el despropósito de gastarse 400 millones de euros en tres fichajes desastrosos: Dembélé, Coutinho y Griezmann.

Si el Barça siguió compitiendo y ganando títulos (once desde la temporada 2015-16) fue gracias a Messi. El crack argentino, con su talento y sus goles, escondió todas las carencias, tapó todas las miserias, de un equipo que se fue empobreciendo futbolísticamente. Y no, precisamente, por culpa de sus diferentes entrenadores. Sino porque la plantilla no había sido renovada convenientemente. La sucesión de humillaciones históricas en la Champions no sirvió para ejecutar la revolución que necesitaba el vestuario. Y ahora se pagan las consecuencias.

Messi ya lo avisó: “No nos da”. Koeman insistió: “Esto es lo que hay”. Y ahora Xavi reafirma el drama: “Es la dura realidad”. La transición plácida que podía haberse efectuado con Messi en el campo tendrá que ser ahora traumática y sin el mejor jugador del mundo ayudando. El crack argentino, desgraciadamente, ahora está en París. Sigue marcando goles (lleva 5 en 6 partidos de Champions disputados con el PSG) y acaba de ganar su séptimo Balón de Oro. Es un despropósito que no haya acabado su carrera en el Camp Nou. Uno más de un Barça a la deriva…

Pero hay que hacer un esfuerzo e intentar pensar en positivo. Creer que existe un futuro. Y eso pasa porque Laporta y Xavi lideren (uno desde el palco y el otro desde el banquillo) la resurrección. Con una hoja de ruta muy clara: apostar por los jóvenes, prescindir de las ‘vacas sagradas’ y de jugadores que no merecen llevar la camiseta blaugrana y hacer buenos fichajes, entre ellos una estrella indiscutible que se convierta en el nuevo referente del equipo.

Existe el tremendo condicionante económico. Y ahí es donde el presidente debe hacer ‘magia’ con los números para financiar las incorporaciones imprescindibles. Porque Nico, Gavi, Pedri y Ansu son muy buenos. Pero se necesita mucho más para transformar un Barça perdedor en un Barça campeón. Y, además, hay que hacerlo rápido. Muy rápido y muy bien. La paciencia de los culés tiene un límite.