Opinión

Cuando lo mínimo es casi una gesta

El alegato de Laporta sobre La Masía

David Bernabeu

El FC Barcelona ha realizado dos buenos encuentros y ha obtenido dos victorias excelentes contra el Nápoles y el Atlético. La primera le ha valido el acceso a los cuartos de final de la Liga de Campeones y la segunda, situarse en el segundo puesto de la Liga española. Son dos objetivos de mínimos. La propia junta directiva de Joan Laporta presupuestó que el equipo accedería a los cuartos de la Champions y quedar segundos en el campeonato español se ha convertido en inevitable, casi.

En las últimas 11 temporadas, solo el Atlético de Madrid ha conseguido en cuatro ocasiones evitar que Barça y Madrid sean o primero o segundo. Y en las cinco anteriores, solo el Vila-real lo consiguió una vez. Des de 2006, la Liga es un duopolio excepcionalmente contestado. Y, sin embargo, estos dos objetivos de mínimos e inevitables se leen como una gesta, casi. Dada la trayectoria del equipo y los resultados, no es extraño.

Las razones de la mejoría deben ser múltiples. Quizás sea porque desde hace tres o cuatro semanas se entrenan más y mejor, como aseguró Lewandowski el domingo, lo cual sería desolador por todo lo que revelaría. Prefiero pensar que responde, fundamentalmente, al equilibrio y la solidez defensiva recobradas. Los números son incontestables, de la misma manera que la calidad de Pau Cubarsí, la confirmación de Lamine Yamal y de cuánto joven aparece no le deben ser ajenas.

El club debería comprender lo que ha sucedido en estas últimas jornadas y entender desde dónde ha de reconstruirse. Se aprecia de manera tan nítida, que describirlo sería obsceno.