Messi somos casi todos

Leo es argentino con doble nacionalidad, la blaugrana

Corren malos tiempos para los adversarios de la excelencia

Messi gol Argentina penalti

Messi gol Argentina penalti / AFP

Carme Barceló

Carme Barceló

Sergi Roberto utilizó dos palabras: The Best. Alexia, el emoticono de una cabra. Oshoala se deshizo en elogios escritos e hizo un ‘retuit’ de una foto suya con él. Con ÉL. En mayúsculas.

La sociedad blaugrana, en su mayoría, sigue al que fue su referente durante más de una década con pasión. Mientras temblaban edificios enteros en Buenos Aires tras su gol de penalti, muchos carnets de socio del FC Barcelona revivían aquellos tiempos en los que eran besados por sus dueños. Messi es argentino con doble nacionalidad, la blaugrana. Eso se disfruta aquí y se sufre más allá de la frontera que establece el ser o no culé. Leo lo es. A pesar de todo y de casi todos.

Los éxitos de la selección de Scaloni, con el capitán D10s al frente, son celebrados y, sobre todo, reconocidos por casi todo el mundo. Pero hay una comunidad a la que le cuesta hacerlo. La que rechaza todo aquello que les acerque a recuerdos que quieren borrar, como cuando Messi levantó la camiseta azulgrana en el Santiago Bernabeu ante millones de espectadores. Como cuando hacen números de lo que les ha hecho sufrir. El argentino afincado en Castelldefels con carnet de socio del Barça, como sus niños, provoca escozor en el madridismo. Son los que se agarraron a Cristiano Ronaldo en este Mundial y se estrellaron. Son los repudian a Mbappé pero le piden que gane esta final. Son los que rechazaron a Luis Enrique desde el minuto uno. Son los que establecen permanentes comparaciones con Maradona, otro fenómeno del fútbol que fue jugador del FC Barcelona, dicho sea de paso. Son, en definitiva, los que han infravalorado la figura del mejor jugador del mundo sistemáticamente.

Messi, es absurdo. ¡Es extraterrestre!”, escribía Endrick con admiración en su cuenta de tuiter. Poco después lo eliminaba. El chaval se dejó llevar tras ver la increíble jugada del argentino que culminó con el gol de Julián Alvarez. “Error de juventud”, debieron pensar en la casa blanca, que han invertido en esta perla y a los que sentó como cuerno quemado semejante reconocimiento público. Hay quien quita hierro al asunto y asegura que borró el comentario por ser brasileño. Sea como fuere, estar en la órbita madridista es antónimo de todo lo que tenga que ver con el emoticono de la cabra. Corren malos tiempos para los adversarios de la excelencia.