¿Masia? Sí, gracias

García Pimienta y Riqui Puig cuando ganaron la Youth League

García Pimienta y Riqui Puig cuando ganaron la Youth League / sport

Albert Rogé

Albert Rogé

En las últimas semanas está de moda hablar de la Masia. Es un tema recurrente tanto para ponerse medallas como para atizar al adversario. Y, ni antes estaba tan bien, ni ahora está tan defenestrada. Solo hace falta observar dónde estábamos en estas fechas el año anterior. El Juvenil A del Barça había ganado la Youth League y allí estaba todo el mundo diciendo que los azulgranas eran la mejor cantera del mundo y que había mucho futuro. Un año después, el Juvenil A no gana la División de Honor, lo elimina el Chelsea en Europa y el Madrid en la Copa del Rey y ya parece que la Masia es una odisea dónde no hay nada de talento. Pues ni tanto ni tan poco. Las reflexiones deben llegar a final de temporada y valorar lo que uno ha hecho bien y lo que uno ha hecho mal. Y sí, hay trabajo por hacer pero hay mucho talento por pulir.

Eso sí, basta ya de cometer siempre los mismos errores. No puede ser que en el Juvenil A, equipo que debería ser la referencia para el resto, los únicos dos fichajes que se hicieron en verano tengan un papel testimonial y este verano tengan que hacer las maletas. O que en el partido de vuelta ante el Madrid, de central juegue tu mediocentro defensivo. Tampoco que en un mismo verano más de cinco centrales abandonen el club para que entren otros cinco. Tres del Juvenil B y dos del Cadete A. Y alguno de ellos, como Iker San Vicente (Osasuna), que llegó a finales del 2017 como el relevo de lujo de Eric Garcia (Manchester City) y tras no cumplir con las expectativas, ahora el club le da la baja. O Adrià Obrador, extremo de Mallorca, que apenas jugó y está cedido en el Cornellà, dónde tampoco cuenta. O Roberto Laurel, que el año pasado le comunicaron que era baja, el día siguiente le dijeron que no y esta temporada no ha jugado nada para terminar siendo baja. Hay más pero estas son algunas de las historias que están sucediendo en los últimos veranos y es una brecha que el Barça debe solucionar ya. No puede ser que las perlas se te vayan cuando son cadetes e incorpores a jugadores que no tienen nivel Barça.

Hay sombras pero también muchas luces. Como decimos, el próximo Cadete A es la generación en la que se tiene más esperanzas depositadas. Eso sí, se tendrá que hacer un esfuerzo económico y deportivo para valorarles. Como se ha hecho este año con Ilaix. Ese es el camino que debería seguir el Barça . Apostar por los jugadores en los que crees. Si de una generación hay dos jugadores que crees que llegarán, no se pueden ir. Y sí se tiene que apostar con dinero, se hace. Mucho mejor conservar el talento de la Masia que probar experimentos de fuera. Porque, señores y señoras, los canteranos tienen que volver a ser la base del primer equipo. Y eso va de arriba a abajo. Los que somos asiduos a la Joan Gamper nos ilusionamos con las caras de los más pequeños vistiendo la camiseta del Barça. Eso debe permanecer siempre. Que sientan orgullo y que cuentan con ellos. Si se cree, los canteranos volverán a ganar peso y como dicen, se podrá ganar o perder, pero siempre fieles al estilo del FC Barcelona.