Una Liga decisiva para el futuro del Barça

El Barça celebrando uno de sus goles ante el Espanyol

El Barça celebrando uno de sus goles ante el Espanyol / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça tenía que ganar al Espanyol para ser matemáticamente campeón. El título estaba asegurado, pero había que certificarlo con una victoria en un derbi tan desigual como decisivo. Porque si el Barça se jugaba el título, el Espanyol se jugaba la permanencia. Todo presagiaba, pues, un partido de alta tensión. Pero nada más lejos de la realidad. El Barça, ofreciendo su mejor versión futbolística, logró un cómodo triunfo que le permitió volver a conquistar la Liga tras tres temporadas de sequía. Los blaugranas fueron muy superiores desde el primero minuto y antes del descanso ya habían sentenciado el encuentro con dos goles del Pichichi Lewandowski y otro de Balde.

No hubo color en un derbi que permitió el alirón del equipo de Xavi y que condenó, casi definitivamente, al descenso a Segunda a los blanquiazules. El Barça de Xavi ya es campeón, con todo merecimiento y tras una campaña brillante (con 27 victorias en las 34 jornadas disputadas hasta ahora) y una ventaja abismal sobre sus rivales (14 puntos sobre el Madrid y 16 sobre el Atlético). El indiscutible dominio blaugrana, basado curiosamente en una enorme solvencia defensiva (solo 13 goles encajados y 25 porterías a cero), ha tenido un justo premio. 

UN TÍTULO QUE DARÁ ESTABILIDAD

Ganar la Liga era un objetivo prioritario para el Barça. Porque es el título que da estabilidad al club. Y permite seguir avanzando sin presión en la construcción de un proyecto inacabado. Este Barça que ha dominado la competición española con una enorme superioridad se ha mostrado demasiado débil en Europa. La Champions ha sido un sueño prohibido durante demasiados años en los que la participación blaugrana se ha escrito a base de decepciones y fracasos. El título de Liga da credibilidad a Xavi y argumentos a Laporta para seguir invirtiendo en fichajes. Entre ellos, Messi. El regreso del crack argentino puede ser una realidad este verano si, como parece, Tebas aprueba el plan de viabilidad económico presentado por la directiva culé. 

Sin esta Liga, que tiene mucho valor aunque se haya conquistado con tanta ventaja (o precisamente por eso), sería más difícil mantener una apuesta tan valiente como arriesgada. Por eso hay que celebrar este campeonato a lo grande, con una gran rúa por la ciudad que permita a todos los culés desatar la euforia reprimida durante demasiados años. El Barça vuelve a ser campeón y eso, sin duda, es una extraordinaria noticia que merece una gigantesca fiesta. Porque el Barça vuelve a ser el Barça.