Opinión

Laporta vuelve a ejercer de Laporta en el peor momento

La salida de Laporta de la Ciudad Deportiva

La salida de Laporta de la Ciudad Deportiva / SPORT.es

El presidente del FC Barcelona eligió el peor momento de la temporada para destituir a Xavi. No es de recibo que el día antes de la final de la Champions más esperada por el barcelonismo, sea el propio club el que propicie que se hable más de una noticia negativa que positiva. El calentón final de Laporta, seguramente justificado, demuestra que ahora ya no se puede gobernar un club a golpe de emociones. Xavi no se lo ha puesto fácil, pero ni sus declaraciones, ni sus envenenados y constantes WhatsApp, ni los incendiarios asesores del técnico pueden justificar el momento y las formas del despido.

No es normal ni aceptable nada de lo ocurrido desde que Xavi anunció su dimisión en diferido. Aquella noche a Laporta le tembló el pulso y no fue capaz de destituir al entrenador porque era una leyenda… Aquella noche, Laporta no fue Laporta. Como no lo fue cuando decidió ficharle sin estar convencido; ni tampoco cuando Xavi, hace un par de semanas, convenció al presidente que lo mejor era seguir.

Un sinfín de errores que han llevado a realizar una gestión lamentable y que deja muy tocado al presidente. Laporta solo tenía que aplicar su frase electoral: ‘Perder tendrá consecuencias’, y pocos hubieran criticado el cese del técnico a final de temporada. Sin embargo, ahora, será muy complicado asimilar cualquier explicación del presidente.

Laporta ya no es el Laporta que todos conocíamos. Aquel Laporta con una capacidad de liderazgo que sorprendía a propios y extraños; aquel Laporta con acertados cambios de guion en los momentos críticos; aquel Laporta que, bien asesorado por sus amigos Johan Cruyff y Evarist Murtra, fichó a un joven Pep Guardiola. Ahora, el problema es que al presidente le quedan muy pocos amigos y el club va a la deriva. Quizá le salga bien la apuesta de Hansi Flick, pero tiene tantos frentes abiertos…

Pues eso, que hoy las futbolistas disputan la final de Champions. Suerte que ellas viven ajenas a la polémica. De cualquier manera, es imperdonable lo que les han hecho.