Laporta, la tregua y la estrategia

Laporta, a su llegada al hotel de Madrid

Laporta, a su llegada al hotel de Madrid / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça ha entrado en estado de tregua futbolística. La ratificación de Koeman y la derrota del Madrid dan oxígeno a Laporta para centrarse en lo que realmente le ocupa y le preocupa en estos momentos: la asamblea del día 17. Durante estas dos semanas sin partidos, la estrategia del presidente no será otra que la de sumar apoyos a su causa, captar adeptos para superar una reunión con los socios compromisarios que será trascendental para su mandato y para el futuro del club. El Barça está inmerso en una terrorífica triple crisis deportiva, económica e institucional. La situación financiera es tan grave que lo condiciona todo. Cualquier decisión que se ha tomado o se quiera tomar ha estado y seguirá estando supeditada a ese agujero negro que generó Bartomeu.

El miércoles, el CEO del Barça, Ferran Reverter, dará a conocer, con todo lujo de detalles, las conclusiones de la ‘due diligence’. Unas conclusiones durísimas que pueden tener, incluso, consecuencias judiciales para la anterior junta directiva. Laporta quiere explicar muy bien la contabilidad del club para que así se entienda su gestión (que algunos califican de errática) de los últimos seis meses. El candidato Laporta se había generado una idea de la situación del club, pero el presidente Laporta se ha dado cuenta de la realidad, que supera la peor de sus previsiones.

El Barça, tras las elecciones, era una entidad insolvente que estaba al borde del colapso, de la quiebra. No podía ni pagar las nóminas. Cualquier otra empresa hubiera sido declarada en concurso de acreedores… La magnitud del desastre era tan descomunal que más de un amigo aconsejó a Laporta que renunciara a la presidencia. Pero, evidentemente, no lo hizo. Porque quiere revertir la situación. Está convencido de que puede hacerlo. Y necesita que su hoja de ruta sea aprobada en la asamblea para conseguirlo.

Una hoja de ruta que ha incluido un giro radical en su relación con Koeman. El jueves, el entrenador estaba sentenciado. Solo faltaba encontrarle sustituto. El sábado, antes del partido ante el Atlético, el técnico holandés fue radical y sorprendentemente ratificado por el presidente. En medio, dos conversaciones muy sinceras entre Laporta y Koeman y un whatssap que recibieron todos los directivos en el que se les anunciaba el cambio de decisión. Muchos creen que es un movimiento para ganar tiempo, para serenar los ánimos de todo el barcelonismo y para llegar en paz a la asamblea. ¿Y después? Ya veremos...