Laporta acierta en mantener a Koeman

Ronald Koeman, en el banquillo de Ipurua

Ronald Koeman, en el banquillo de Ipurua / Javier Ferrándiz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El sentido común se ha impuesto y Koeman seguirá como entrenador del Barça al menos una temporada más. Laporta ha claudicado ante tres grandes evidencias: sus responsables técnicos (Mateu Alemany y Ramon Planes) defienden la labor del holandés, no hay un relevo ilusionante en el mercado (el Madrid ha tenido que repescar a Ancelotti tras la dimisión de Zidane) y el club no tiene dinero para pagarle el despido (alrededor de 12 millones de euros). Laporta no ha escondido (¡al contrario!) durante las semanas que ha durado el culebrón que Koeman no es ‘su’ entrenador. Incluso reconoció que le buscaba sustituto. Pero la coyuntura manda. Y el presidente se ha visto obligado a mantener al entrenador a pesar de que no le genera suficiente confianza. Laporta espera que Koeman haga caso de sus ‘recomendaciones’ (que juegue más ofensivamente, con el 4-3-3 como sistema irrenunciable, y que saque más rendimiento a algunos futbolistas) y el Barça recupere el camino del triunfo. Aunque eso no depende, lógicamente, solo de Koeman, sino de la plantilla que le pueda construir Laporta... que hace unos días prometió una profunda renovación del equipo que difícilmente podrá llevar a cabo por culpa de la grave situación financiera del club, que lo condiciona absolutamente todo.

Creo, sinceramente, que Koeman ha hecho méritos para seguir. Y concluir el trabajo que empezó el pasado mes de agosto, cuando tomó las riendas de un Barça inmerso en una triple crisis deportiva, institucional y económica. Todo el mundo auguraba una temporada de transición, pero se ganó (brillantemente) la Copa y se luchó (con una remontada histórica) por la Liga hasta que el equipo se fundió, incomprensiblemente, en la recta final del campeonato. Hay muchas cosas que mejorar. Por supuesto. Pero también mucho camino por recorrer. Y Koeman está capacitado para ser el líder de esta transformación. Para crear un nuevo Barça. Laporta, sin duda, no se equivoca con su decisión. Aunque sea una decisión forzada por las circunstancias.