Koeman tampoco ayuda demasiado

Koeman durante un encuentro

Koeman durante un encuentro

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Soy de los que piensan que la culpa de la crisis del Barça no es exclusivamente de Koeman. Son ya demasiados años tolerando una decadencia que se veía venir hasta que, al final, le ha estallado a él en las manos como le habría estallado al que estuviera en estos momentos en su lugar. No en vano, Ernesto Valverde ya pasó por dos humillaciones como Roma y Liverpool y Setién, por la noche más vergonzosa de la historia del club en Lisboa antes de que Koeman aterrizara con el mandato de hacer la revolución imposible de limpiar un vestuario cada vez más veterano y aburguesado. Cuando hay tres entrenadores incapaces de frenar una degradación de tal calibre, es que el problema está en la plantilla, no me cabe duda

PATIO DE COLEGIO

Dicho esto, también hay que reconocer que Koeman no ayuda demasiado. Al margen del divorcio público y notorio con el presidente, su gestión técnica y táctica deja bastante que desear. Muy pocos partidos se han ganado por la acción directa del entrenador. Ni la temporada pasada ni en lo poco que llevamos de esta.

Cada vez que el equipo contrario se ha adelantado, no ha habido reacción, los cambios, generalmente, han llegado tarde, y las variantes tácticas que ha realizado, principalmente el 3-5-2, han tenido un efecto efímero.

Ahora es cierto que no está Messi y que el equipo tiene muchos lesionados, pero ello no justifica el desorden y la falta de ideas que hay sobre el terreno de juego. Por muchas adversidades que deba afrontar un equipo, lo que no se puede practicar es un fútbol de patio de colegio, con los argumentos más primitivos que uno se pueda imaginar, tres tíos altos arriba y a bombardear de cualquier manera balones al área.

El partido contra el Granada me recordó los que veía en mi infancia: barullos, melés, protestas... Casi más un partido de rugby que de fútbol, y eso sí que no. ¡El Barça, no!

Y ya para acabar de rematarlo, las declaraciones. Ahí tampoco está fino últimamente. A la defensiva, mensajitos al presidente, y constantes referencias a la plantilla con la guinda del tiki-taki que le perseguirá eternamente. Así será difícil salir de esta.