Entre la espada y la pared con Dembélé

Dembélé, con un principio de acuerdo con la Juventus

Dembélé, con un principio de acuerdo con la Juventus / AFP

Javier Giraldo

Javier Giraldo

A Xavi le tocó abrir el año protegiendo a Dembélé: el entrenador cumplió su papel, por más incómodo que le resulte. Es probable que Xavi se sienta entre la espada y la pared, consciente de que la actitud del jugador deja mucho que desar, pero necesitado de su talento en los próximos meses para reflotar la nave.

Más que nunca, Xavi se dará cuenta de que lo difícil de ser entrenador no es tanto lo puramente táctico, sino la gestión de jugadores tan complicados como Ousmane: habrá días en los que Xavi enviaría gustosamente al jugador a freír espárragos, dada su negativa a renovar; y otros en los que estará encantado de que juegue y aporte desborde, velocidad y a ser posible, gol. Menudo papelón el de Xavi.

Mientras, el club apurará una última bala para intentar renovar al francés, pero en buena parte de la afición ya se ha instalado la sensación de que lo mejor es que Dembélé haga las maletas en junio y se despida -sin honores- del Barça

Surgen varias preguntas: por más que desde el punto de vista contable sea una buena operación, ¿realmente merece la pena firmarle otros tres o cuatro años de contrato a este jugador? Si renueva, ¿su aportación, y no digamos ya su implicación con el club, será mayor que la de estas cinco temporadas? ¿Cuántos seguidores del Barça celebrarían esa hipotética renovación como un triunfo del club? ¿Conviene que el Barça se hipoteque nuevamente con un jugador como Dembélé, propenso a las lesiones, individualista y poco decisivo en los partidos grandes?

Lo perverso es que para inscribir a Ferran Torres -el jugador que ocuparía la posición de Dembélé- haya que renovar al francés. El Barça está entre la espada y la pared y Xavi, en una posición realmente incómoda.