Un error que se repite demasiado

Lewandowski jugó el derbi y el Espanyol ha impugnado

Lewandowski contra el Espanyol / Javi Ferrándiz

Gerard López

Gerard López

Volvió la Liga tras el parón de tantas semanas y todos teníamos muchas ganas de ver cómo había trabajado el Barcelona de cara a lo que iba a ser un partido festivo... Era el último día del año, un Camp Nou vistiendo sus mejores galas, un horario agradable para jugar al fútbol e incluso el inicio prometedor del equipo de Xavi hizo pensar que sería un partido que iba a llegar a buen puerto. Pero no, el equipo volvió a cometer los mismos errores del pasado. Uno tiene la sensación que cuando el equipo se relaja, piensa que va a ganar por inercia, por superioridad evidente entre las plantillas, y eso hace que el rival se lo crea y al final espere su oportunidad para darle la vuelta al marcador o poder pescar algo que al principio parecía muy difícil.

El Espanyol esperó su momento y aprovechó un penalti de Christensen a Joselu para empatar y sacar un botín de un Camp Nou que acabó el partido viendo con incredulidad lo que había sucedido. Y es que los primeros 20 o 25 minutos del Barça fueron realmente buenos. Ritmo de balón, dinamismo, sensación de peligro constante en cuanto la pelota superaba el centro del campo... Aún sin estar bien Ansu y sin entrar en juego excesivamente Lewandowski, al equipo le bastó darle velocidad al balón para ir creando llegadas y aproximaciones a la portería contraria.

A partir de la media hora ya empezó a bajar el ritmo, la presión alta no era tan efectiva y la velocidad de circulación no era tan buena. Y a medida que pasaban los minutos se fue igualando todo hasta que el Espanyol aprovechó su ocasión. Incluso después uno no tuvo la sensación de que el Barça asediara la portería contraria. Al final vivimos una mala segunda parte que hizo que el equipo se dejara dos puntos y volviera a empatar con el Real Madrid al frente de la clasificación.

Insisto en todo esto porque todos tenemos en la memoria partidos en los últimos tiempos en el Camp Nou en los que ha sucedido lo mismo. Cuando bajas el ritmo, abres la puerta a que el rival se lo crea y pueda tener sus opciones con un resultado ajustado. Y al final lo acabas pagando. Sucedió en otras ocasiones (frente al Cádiz o al Granada). Ha habido otros partidos que parecían controlados y se acaban escapando. Ese es uno de los grandes errores que comete siempre este equipo. El hecho de confiarse y de pensar que por inercia ganarás los partidos. Está demostrado que el fútbol hoy en día no te perdona. El equipo tiene que solucionar este problema. Le espera ahora una salida exigente el próximo domingo en el Wanda contra un rival directo y con la sensación de que el Atlético no te permitirá bajar ningún momento la guardia.