Que Dembélé no nos estropee la Copa

Ousmane Dembélé, jugador del Barça

Ousmane Dembélé, jugador del Barça / VALENTI ENRICH

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Las sensaciones son buenas. Muy buenas. Pero los resultados, de momento, no acompañan. Y eso es lo que tiene que cambiar. A partir de hoy. El Barça ha disputado 13 partidos (12 oficiales y uno amistoso) desde la llegada de Xavi. Y solo ha ganado 5. Los números, evidentemente, son deficitarios. Además, el conjunto blaugrana ha quedado eliminado de la Champions y está descartado en la lucha por la Liga. La situación, por lo tanto, es compleja. Pero hay esperanza. La ilusión reside en la transformación futbolística que está viviendo el equipo. El técnico ha recuperado el modelo, abandonado durante demasiados años, y está trabajando a marchas forzadas para que todos los jugadores entiendan la idea. Son conceptos básicos del estilo que se han perdido por no practicarlos. Y cuesta mucho volver a ellos. Y, sobre todo, sacar rendimiento al cambio. De ahí que las victorias tarden en llegar.

También es verdad que Xavi se ha visto condicionado por las bajas de futbolistas imprescindibles (Pedri y Ansu Fati). Pero ahora recupera efectivos y también incorpora nuevo talento, con el fichaje de Ferran Torres. Si el partido de Supercopa fue un punto de inflexión en cuanto a la competitividad del Barça (pudo y mereció ganar al Madrid), el duelo de Copa de esta noche ante el Athletic debe ser el punto de partida hacia los triunfos. Y los títulos. Porque perder en San Mamés sería quedar eliminados de una competición que el equipo blaugrana, en las actuales circunstancias, no puede desperdiciar. Xavi tiene crédito ilimitado, pero él mejor que nadie sabe que las victorias morales sirven de bien poco en un club de la exigencia del Barça. 

El partido de esta noche, pues, es vital. Y el ‘caso Dembélé’ no debe despistarnos de lo realmente importante. Ayer Xavi (extraordinaria rueda de prensa) lo dejó muy claro: o renueva o se le busca una salida en este mercado de invierno. Y hoy se decidirá si juega o no en San Mamés. La situación del futbolista francés es insostenible. Como ya avanzamos ayer en SPORT, el Barça se ha hartado del doble juego del delantero y de las exigencias de su representante. Si no acepta ampliar su contrato, saldrá del club antes del 31 de enero. O bien traspasado (cosa poco probable) o bien con la carta de libertad. Al final se ha impuesto la mano dura con un jugador que pide mucho y ha aportado poco. Asunto zanjado. Ahora, Mateu Alemany tendrá que trabajar contra reloj para encontrar un equipo para Dembélé. Tiene once días para hacerlo…