Opinión

Tras el culebrón Messi, empieza el culebrón Mbappé

Mbappé, entrenando con el PSG

Mbappé, entrenando con el PSG / EFE

Finalizado en Miami el culebrón Messi, prepárense para vivir en agosto el culebrón Mbappe. Un serial que promete batir records de audiencia, morbo y sangre. El hijo se rebela contra su padre. El jugador quiere volar gratis de Paris. Una guerra de intereses. La historia de amor del crack francés con los petrodólares catarís se ha roto. Los millones sin títulos ya no le hacen feliz, quiere ganar la Champions y el Balón de Oro. Con 24 años ha decidido plantar cara a Al-Khelaifi, el presidente que el 2017 lo contrató por 180 millones cuando destacaba en el Mónaco.

La historia es complicada y perversa. Kylian firmó en mayo del año pasado un contrato hasta el 30 de junio de 2024 que incluye una prima de fidelidad de 80 millones si cumple el compromiso. El PSG lleva meses negociando para renovar este contrato ante la amenaza de que dentro de un año quede libre y pueda irse sin pagar traspaso. El 12 de junio el jugador decide romper la baraja. Envía una carta al PSG anunciando que no renovará. Es una declaración de guerra. Desde entonces la tensión fue en aumento, las negociaciones no avanzaron y el climax de ruptura culminó el viernes a las 22.30 cuando los catarís anuncian oficialmente que Mbappé está en venta. La crisis ha llegado tan lejos que el futbolista se ha quedado fuera de la gira de pretemporada del equipo parisino por Japón y Corea.

Difícil que pueda haber marcha atrás. Las posiciones están muy enfrentadas. Los catarís están hartos de su estrella y el jugador no tiene ningún interés de continuar con Luis Enrique de entrenador. El problema es que el PSG no lo puede traspasar al mejor postor, necesita la autorización del jugador y este ya ha manifestado que no quiere ir a la Premier, solo desea jugar en el Real Madrid. Los antecedentes negociadores con los blancos en 2022 acabaron mal a pesar de ofrecer Florentino 200 millones. Con este precedente, la táctica del Bernabeu es no mover pieza y esperar que caiga como fruta madura con una oferta a la baja.

El jugador parece que tiene en la mano las cartas para ganar la partida. Pero Nasser Al Khelaifi es mal enemigo y la guerra será dura. Mbappé esta dispuesto a perder los 80 millones de la prima de fidelidad a cambio de que se la pague el Madrid. El traspaso quizás no llegue a los 200 millones, pero si a los 150. Estamos delante de una operación en la que el PSG no quiere ser el perdedor, donde Mbappe juega al poker y en la que el Madrid sueña con conseguir el gran fichaje que potenciaría la inauguración del nuevo Bernabeu.