Los cuatro partidos que juega Laporta

El presidente del Barcelona, Joan Laporta.

El presidente del Barcelona, Joan Laporta. / JORDI COTRINA

Joan Vehils

Joan Vehils

Cuando Joan Laporta accedió a la presidencia del Barça en marzo del 2021 sabía que tenía dos partidos que no podía perder. El deportivo y el económico. No pensó entonces en otros dos que ahora pueden resultar tan importantes como los primeros. Me refiero al social y al de su salud. Vayamos por partes.

De los cuatro encuentros que tiene en disputa, en el deportivo lleva una notable ventaja respecto al resto. Tardó en cambiar a Koeman por Xavi, pero logró una Liga tras mucho tiempo de sequía. Además, este año Xavi tiene mejor plantilla y nadie descarta que si recupera a los lesionados pueda competir en Europa. En este aspecto, el deportivo, solo un presidente como Laporta es capaz de recuperar la ilusión del socio y aficionado. Se la jugó con Messi, fichó a Lewandoski y este año ha traído a Joao Felix y Cancelo en una operación que parecía imposible.

El partido económico es el que ofrece más dudas. La situación que se encontró no era fácil, pero a día de hoy nadie sabe realmente como está el club. Muchos socios esperan la asamblea para saber que significa vender palancas, cuántas comisiones se han pagado o cual es el estado de las obras del Camp Nou. Lo que parece irrefutable es que una empresa que pierde alrededor de 300 millones al año no acabe tarde o temprano en quiebra.

Respecto al tema social, seguramente el que menos importaba, Laporta está obligado a cuidar más al socio sino quiere que algún día le organicen una revuelta. Recoger el guante que le lanzó Rosell para intentar unir el barcelonismo no sería una mala idea. El enemigo es fuerte y defensarse de casos como el de Negreira en solitario no le será sencillo.

Finalmente, le queda el partido de la salud. Dedicar las 24 horas del día al Barça y a un ritmo trepidante como el suyo es peligroso. Debe cuidarse para evitar más sustos. Él solo no puede gobernar todo el club. Pues eso, que la asamblea del próximo sábado es una oportunidad única para aclarar todos esos temas confusos y mostrar esa transparencia que siempre reclamaba y ahora no abunda.