El bueno de la película

Joan Laporta, en rueda de prensa

Joan Laporta, en rueda de prensa / FCB

Carme Barceló

Carme Barceló

 A Pedro Almodóvar le han vetado el cartel de su última película. Él, uno de los mejores directores y guionistas del mundo, poco podía imaginar que un pecho iba a cerrarle las puertas de Instagram. Laureado, oscarizado y aplaudido por millones de personas, ha visto cómo el final se convertía en otro principio que no deseaba. Me viene a la mente el paralelismo mientras veo a Messi con una camiseta blanca -de la colección del PSG, la firma de moda- en un balcón parisino. Sonríe y vuelve al interior, colocándose una mascarilla que oculta su decepción. La tristeza. El golpe seco que le apartó de un punto y seguido que había elegido y que, en cuestión de horas, colgaba el cartelito del ‘The End’. El ‘C’est fini’. La grúa que se apresuró a quitar su imagen del Camp Nou con la misma celeridad que se emitió un comunicado de diez líneas para confirmar su adiós. El F5 que iba actualizando todos sus datos y le iba borrando de la web y de las redes sociales del FC Barcelona, el club del que mamó casi todo, él le hizo crecer y al que él también multiplicó. 

ESTE FINAL HA SIDO INCREÍBLE

Inimaginable. Pero se acabó. A partir de hoy vestirá la camiseta de una entidad poco estimada por el aficionado al fútbol, con escasos valores y aún menos pedigree. En cuestión de horas, una vuelta de guion inesperado con dos finales: feliz para los franceses y muy triste para los azulgranas. El domingo a las 20h su nombre no estará en el ‘once’ titular ante la Real Sociedad, pero los que se han quedado deberán ir a muerte por esos tres puntos para empezar bien la segunda parte de este film. Sin el protagonista principal pero con todos los secundarios en perfecto estado de revista. A saber: los jugadores que siguen cobrando religiosamente. Laporta, en el palco tras sus vacaciones y su comida con Florentino Pérez a menos de veinticuatro horas de la rueda de prensa de despedida de Leo. Javier Tebas, tirándose de los pelos a sí mismo, a FP y a todo el que ose tocarle el negocio. La herencia recibida, que ha dejado la teta escurrida. Y Messi, el jugador de otro planeta, correteando por el Campo de Marte, el jardín a los pies de la Torre Eiffel. ¿El bueno de esta película? El Barça, que seguirá en pie a pesar de todo y de todos.