La batalla por la Superliga

Todos ganan. Ninguno pierde. Como en política. Cada uno interpreta las decisiones del tribunal europeo sobre la famosa Superliga como le conviene. No sé si interesa tanto esta lucha o es más el morbo de que la encabeza el presidente del Real Madrid secundado por el del Barcelona, algo casi contranatura.

¿Qué es la Superliga?

Estos creen que ahora les obligarán a la UEFA y a la FIFA a sentarse a negociar sin monopolios que valgan. Otros que si es imposible lo que anuncia la Superliga de plataformas para ver gratis los partidos para los aficionados o que no se ganaran los derechos a participar en el campo de juego. Y así innumerables reproches para tratar de tener la gallina de los huevos de oro en tu poder.

Lo cierto es que de momento casi ningún club poderoso exceptuando los dos, Barcelona y Madrid, parecen apostar decididamente por el nuevo proyecto o que les seduzca especialmente. Personalmente, parto de la base de que no hay un clamor popular por reformar la actual Champions tal y como está o para ver la nueva Champions que imaginan y tienen pensando diseñar los promotores de la Superliga.

Es todo como muy farragoso, que si tres divisiones, que si catorce partidos, que si meritocracia y eso, pero resulta que el Girona aunque fuera campeón de Liga iría a la tercera competición. Vamos, que ahora que nos hemos acostumbrado al formato de la Champions y empezamos a estudiar el de la temporada que viene, que por cierto, es diferente, tenemos que empezar a imaginarnos cómo sería el de la Superliga.

Cuestión de dinero

Al final, no nos traten de engañar, todo se reduce al dinero. Pura y simplemente tratar de sacar más dinero, con o sin Superliga, abierta o cerrada, con ascensos o descensos, pero lo importante es generar muchos más millones para las arcas de los clubes porque por lo que se ve, por el camino actual no se va a ningún lado y los clubes van camino de la quiebra. Y sobre todo, quién y cómo reparte ese dinero.

Me da la sensación de que actualmente los aficionados del Barça están más preocupados por tener un equipo lo más competitivo posible y dar la cara en la actual Champions que en futuros e imaginativos nuevos torneos. En eliminar al Nápoles y tratar de volver a levantar otra orejona lo antes posible.

Tampoco creo que ninguno de los promotores de estos torneos se haya parado a pensar solo o sobre todo en los aficionados y realmente cuáles son sus intereses o inquietudes. No lo parece.

Más que una nueva Superliga lo que tienen que conseguir los clubes es tener más capacidad de decisión sobre la actual Champions League. Sobre los repartos y el destino final de los beneficios, para tratar sobre todo de que la mayoría del dinero que genera la competición revierta principalmente en los clubes, que no dejan de ser los que ponen lo más importante, los artistas, los jugadores, las plantillas con sus estrellas. Les pediría de paso, si no es mucho pedir, pensar también un poco en los aficionados.