Al Barça no le sienta bien las rotaciones

Xavi, entrenador del Barça

Xavi, entrenador del Barça / JAVI FERRANDIZ

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Fue un partido atípico. Un percance ocurrido en la grada, el infarto grave de un espectador, obligo a suspender el partido durante más de media hora mientras era asistido por los médicos. Faltaban nueve minutos de juego y reglamento en mano se tenían que jugar. El parón sirvió para que el aficionado gaditano, después de minutos de angustia y temor, salvara la vida y se lo llevaran en ambulancia al hospital.  

El Barça partió como gran favorito frente a un Cádiz que sumaba cuatro derrotas sin haber conseguido marcar ningún gol. Tenían que ganar y ganaron. Otra cosa es que el juego de la primera parte quedara en evidencia. Sumaron tres puntos necesarios con profesionalidad y trabajo pero sin brillantez hasta que salieron los auténticos titulares. El Barça jugó condicionado por su partido de Champions del próximo martes contra el Bayern, con excesivas rotaciones y un equipo de circunstancias.

La primera conclusión que podemos sacar de lo visto en la primera parte es que el equipo B no da la talla. Al Barça no se sientan bien las rotaciones. Lewandowski, Pedri y Dembélé son, hoy por hoy, imprescindibles. Marcan tanta diferencia que sus sustitutos quedan retratados. El once inicial se pareció demasiado al equipo de la pasada temporada. Sin remate ni centro de campo mostraron un juego espeso y sin chispa. Era un Barça reconocible pero cojo en efectividad. Ferran Torres no aprovechó la oportunidad. Memphis confirmó mas voluntad que acierto. Fue tan plano y previsible el juego barcelonista, que nos llegamos a cuestionar si en el mes de septiembre son necesarias tantas rotaciones ante un partido europeo que es importante pero no decisivo.

Después de visto lo sucedido anoche en Cádiz, Xavi puede hacer una reflexión. De cara al futuro y en este tipo de partidos en vísperas de Champions, quizás es más práctico salir con los mejores, sentenciar pronto el partido y hacer cinco cambios en la segunda parte. Es una forma de sufrir menos y asegurar antes el resultado. Es la conclusión que se puede sacar después de que Lewandowksi marcara un gol y diera una asistencia en bandeja a Ansu Fati, que Dembélé volviera a demostrar su potencial con un gol de autor y que Pedri pusiera orden en el centro del campo. Está claro que las rotaciones no son una solución, con un recurso de limitadas  garantías.

La lectura positiva es que el Barça acude a Múnich el martes con la moral a tope, una confianza notable en su juego y la ambición recuperada. Cuatro victorias seguidas en Liga por goleada y el buen debut ante el Vitoria Pilsen deben permitir al equipo de Xavi jugar sin complejos ni temores frente a los alemanes. Lewandowski ahora es de los nuestros.