El Barça no ganará nada, pero ¿y qué?

Xavi Hernández observa a Ronald Araujo durante el Sevilla-Barça de la Liga 2021/22

Xavi Hernández observa a Ronald Araujo durante el Sevilla-Barça de la Liga 2021/22 / JAVI FERRÁNDIZ

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça de Xavi es ahora mismo un artefacto sumamente frágil, delicado y hasta ingenuo, pero tiene algo maravilloso: es nuevo. La gran esperanza que han generado los dos partidos notables contra el Elche y el Sevilla es que, por primera vez en muchos años, quizás por primera vez desde que se marchó Pep Guardiola, el entrenador tiene la firme voluntad de hacer ‘tábula rasa’ y empezar de cero.

Y lo que es mejor: tiene la absoluta convicción de emprender el largo y difícil viaje hasta los orígenes perdidos, y además con adolescentes como Gavi, tan joven que no sabe ni atarse los cordones de las botas. 

De hecho, que Xavi haya empezado su propia revolución es por supuesto mucho más relevante que el anecdótico resultado del partido de turno. Por eso sorprende que todavía haya tantas crónicas que se lamentan de este o aquel marcador, de este o aquel palo, de esta o aquella desconexión.

El primero que ha contribuido a que se juzgue a Xavi en el corto plazo es el propio club, que en boca de su presidente y de algunos directivos ha enviado mensajes del estilo “En el Barça no hay años de transición”, que solo contribuyen a confundir al aficionado. ¡Pues claro que hay años de transición! 

Efectivamente, sería mejor que hubiera entrado la rosca de Dembélé en Sevilla, pero no pasa nada si al final se fue al palo: porque lo importante es que en un campo muy difícil el equipo dominó y presionó, fue reconocible y ambicioso como en los viejos tiempos, y además lo hizo todo con un ilusionante elenco de niños. Sí, la defensa es vulnerable, faltan muchos mecanismos, algunos veteranos o de la clase media no responden y a todo le falta todavía mucha cocción.

¡Pero es que todo esto acaba de empezar! Curiosamente, el único que en público ha hecho un discurso realista y clarividente sobre el Barça ha sido, como casi siempre, Pep Guardiola. En la entrega de los premios de la Federació Catalana de Futbol, el entrenador del Manchester City hizo un discurso que tendríamos que enmarcar, y que concluía así: “Si ahora toca pasarlo un poco mal, pues hay que pasarlo. 

Si no se gana nada este año, ¿qué problema hay? Si no se gana el año que viene, ¿qué pasa? Pues nada, ya ganaremos el próximo”. Pues eso: que el Barça este año, y quizás el próximo, no ganará nada. Pero ¿y qué? Lo importante es que la revolución ha empezado. De verdad, dejemos de una vez el marcador en paz.