Juicio en EEUU

Romería de los republicanos al histórico juicio penal a Trump

Congresistas y senadores se suman a diario al séquito que rodea en la corte al expresidente y lanzan los ataques que a él le prohíbe la orden mordaza

Donald Trump en el jucio por el caso de Stormy Daniels.

Donald Trump en el jucio por el caso de Stormy Daniels. / EFE

Idoya Noain

En los 18 días desde que se inició el histórico juicio penal contra Donald Trump no ha habido en el edificio de tribunales del bajo Manhattan donde tiene lugar el proceso ni rastro de Melania Trump, la tercera esposa del expresidente y candidato de facto republicano, ni de Ivanka, su hija mayor. Eso no quiere decir que Trump haya estado solo. Junto a una cohorte de otros familiares como su hijo Eric, senadores y congresistas republicanos descienden a diario hasta la corte para acompañarle como parte de un amplio séquito que también ha incluido fiscales generales de un par de estados. Se trata de una auténtica romería que subraya el control sobre el partido que mantiene Trump, un líder que da prioridad a la lealtad y que cuenta con la fuerza de una base electoral devota.

Este jueves les tocaba el turno a algunos de los representantes más ultras en la Cámara Baja, incluyendo Lauren Boebert y Matt Gaetz. El congresista de Florida a lo largo de la sesión colgaba un mensaje en Twitter donde, junto a una foto donde se le veía detrás de Trump en el pasillo fuera de la sala, hacía un polémico guiño a una frase adoptada por la milicia de extrema derecha y neofascista Proud Boys desde que en uno de los debates presidenciales de 2020 Trump les urgió a “quedarse atrás y estar preparados”. Varios líderes del grupo han sido condenados por su participación en el asalto al Capitolio.

Contra el sistema judicial y la orden mordaza

No es Gaetz el primer lanzallamas en esta procesión republicana por el tribunal. El martes quien viajó hasta Nueva York fue Mike Johnson, presidente de la Cámara Baja. Y en unas declaraciones a la prensa sin aceptar preguntas en Collect Pond, el parque frente a la corte, el segundo en la línea de sucesión presidencial lanzó una diatriba cuestionando la integridad del sistema judicial.

Johnson, un devoto y extremista cristiano que no aparentemente ya no tiene conflictos entre sus valores morales y un líder que está siendo juzgado en un caso en cuyo centro están los pagos para silenciar una supuesta relación sexual con la estrella del porno Stormy Daniels, hizo también algo que se ha hecho habitual entre los republicanos que dan la muestra última de lealtad a Trump: lanzar en público las acusaciones e insultos a testigos o miembros del jurado y de la fiscalía y la corte y sus familias que el imputado tiene prohibidas por una orden mordaza. Y el ‘speaker’ atacó tanto a Michael Cohen, que testificaba esa jornada, como a la hija del juez Juan Merchan.

Trump ha recibido ya 10.000 dólares de multa por saltarse 10 veces esa orden y dos advertencias del magistrado de que puede enviarlo a la cárcel si comete más violaciones. Y aunque la mordaza le impide también “dirigir a otros” para que hagan los comentarios que él tiene prohibidos, es prácticamente imposible demostrar que haya habido coordinación con los republicanos que lanzan ahora los ataques e insultos. Es también muy probable que los hagan sin necesidad de instrucciones.

Tommy Tuberville, un senador de Alabama, sugería el lunes sin ninguna prueba y contra toda lógica que algunos de los 12 miembros del jurado no son ciudadanos estadounidenses. Y otro senador, JD Vance, reconocía directamente ese mismo en su visita al tribunal que había ido no solo para acompañar a su líder, sino a decir “lo que a Trump se le impide decir”, un veto que tildaba de “desgracia”.

Casting de vicepresidente

Vance es uno de quienes se baraja como potencial elección vicepresidencial de Trump, como su antiguo rival de primarias Vivek Ramaswamy, que también acompañaba al encausado esta semana. Y eso ha llevado a algunos a pensar que el paso tribunal puede estar sirviendo ya a modo de proceso de cásting como uno de los elementos que el candidato de facto tome en cuenta para elegir a su número 2.

Lo seguro es que el desfile está teniendo un impacto en la vida política de EEUU y mostrando las prioridades de los republicanos. Este mismo jueves, por ejemplo, se tenía que posponer en un comité del Congreso una votación porque cinco de los conservadores en ese comité no llegarían al Capitolio hasta las ocho de la tarde tras pasar el día en el tribunal de Nueva York.