Un sólido campeón que hace historia

Los Denver Nuggets estrenan su palmarés en la NBA con un dominio sin paliativos

Jokic y Murray, los líderes de un equipo completo, eficiente y competitivo

Los Nuggets, campeones de la NBA

Los Nuggets, campeones de la NBA / Denver Nuggets

Daniel Guillén

Daniel Guillén

Los Denver Nuggets son, por primera vez en su historia, campeones de la NBA. Poco pudieron hacer los Miami Heat, que han rendido por encima de lo esperado en la postemporada, ante un equipo tan bien trabajado. Jokic, Murray, Porter Jr., Gordon y Caldwell-Pope y la ayuda de una rotación corta pero de confianza marcaron los pasos de un equipo que no ha tenido prácticamente rival en toda la temporada.

Los de Colorado fueron el mejor equipo del Oeste y el cuarto mejor de la fase regular con un balance de 53 victorias y 29 derrotas, tan solo por detrás de Milwaukee Bucks (58-24), Boston Celtics (57-25) y Philadelphia 76ers (54-28). Pero como había sucedido en las cuatro temporadas anteriores, el reto del anillo seguía siendo una asignatura pendiente. Dos derrotas en semifinales de conferencia (2019 y 2021), una derrota en finales de conferencia (2020) y una derrota en primera ronda (2022) ponían en tela de juicio el proyecto de Mike Malone.

Pero el trabajo en la pizarra y -por fin- la mejor versión al unísono de las dos principales estrellas, Nikola Jokic y Jamal Murray, han sido el faro de un equipo que ha demostrado una autoridad exultante en la postemporada: tan solo han cedido en cuatro partidos de los 20 disputados y una única derrota en su feudo ante Miami Heat en el segundo asalto de la serie de la final. 4-1 frente a Wolves, 4-2 frente a Suns, 4-0 frente a Lakers y 4-1 frente a Heat. Extenuante.

Jokic es insuperable

El gigantón serbio ha dado toda una lección de baloncesto. No ha sido el MVP de la temporada regular, pero sí el mejor jugador de la postemporada y el más decisivo en las Finales de la NBA. Tan solo un Embiid estratosférico y una liga que no estaba por la labor de seguir dándole galardones individuales al balcánico han sido capaces de frenarle. Porque el jugador drafteado en el pick 41 en 2014 es uno de los mejores, uno de los más inteligentes y uno de los más influyentes en la historia reciente de la competición. El pívot de los Nuggets ha promediado 30.1 puntos, 13.3 rebotes y 9.8 asistencias por encuentro en los playoffs con unos registros de anotación más que sólidos: 54% de acierto en tiros de campo y 46.6% desde el perímetro. Unos números muy por encima de los logrados durante la fase regular.

Jokic, líder indiscutible en los Nuggets

Jokic, líder indiscutible en los Nuggets  / AFP

El ex de Mega Vizura es un jugador que siempre suma cuando está en pista. Su capacidad para encontrar siempre la mejor solución le elevan a la categoría de súper estrella de la NBA. Toma buenas decisiones con y sin balón y su lectura del juego mejora el colectivo: Murray, Porter Jr. o Gordon entienden perfectamente sus movimientos. Jokic eleva el suelo y el techo de los Nuggets, que se comportan como un equipo eficiente, maduro y competitivo.

Murray roza la perfección

El base de los Denver Nuggets, Jamal Murray, está de vuelta. Atrás quedan sus problemas físicos y la sensación de ser un juguete roto por las lesiones. Y qué jugador. ¿Qué habría sido de los Nuggets las dos últimas temporadas con el canadiense en buen estado de forma? Su manejo del balón, aceleración del juego y acierto desde el perímetro se han convertido en uno de los pilares de este equipo campeón. Una segunda espada que potencia y retroalimenta el juego de Jokic y que ha sido clave para guiar a los Malone en los apagones corales.

El de Kitchener ha firmado 26.7 puntos, 5.5 rebotes y 7.1 asistencias por encuentro durante toda la postemporada con unos porcentajes de tiro que ascienden hasta el 47.6% en tiros de campo y un 40.1% desde el perímetro. Una prueba de que su físico, respaldado por la meditación y las artes marciales, vuelve a ser óptimo y el talento con el balón permanece intacto pese a la inactividad por la grave lesión de rodilla.

Los Heat mueren en la orilla

La franquicia de Florida se ha quedado a tan solo un paso de completar una gesta histórica, épica, sobrenatural. Aunque lo conseguido es, sin duda, histórico. Clasificado para la postemporada a través del segundo partido del Play-in, el equipo de Spoelstra ha sido competitivamente hablando una fuerza sobrehumana y dejaron en el camino a súper potencias como los Bucks de Antetokounmpo en primera ronda o los Celtics de Tatum a siete partidos en las finales de conferencia, además de los revolucionarios Knicks de Brunson en semifinales.

Con hasta tres jugadores no drafteados en la base del proyecto, los Heat son un equipo dinámico a la par que aguerrido en defensa, liderados por un Jimmy Butler que con la llegada de la postemporada se convierte en un héroe capaz de resolver cualquier situación. Adebayo refuerza la pintura y jugadores como Struss, Vincent o Martin, además de los experimentados Love o Lowry, le dan un salto cualitativo al proyecto.

La temporada pasada fueron el mejor equipo del Este en temporada regular y tan solo una serie de siete partidos agónica ante los Celtics le privó de luchar por el anillo ante los Warriors. Pero en esta edición habían mostrado más lagunas y, sobre todo, más irregularidad, algo que les condenó a la séptima plaza y la obligación de jugar el Play-in. Un partido nefasto en casa ante Atlanta Hawks les obligó, además, a deshacerse de los Bulls en el segundo asalto. A partir de ahí, la máquina se puso en marcha: una versión competitiva que se escapa de toda lógica. Pese al punto místico de su postemporada, se han quedado a las puertas del cuarto anillo de su historia. Por segunda vez en los últimos tres años.