Hijo de Wembley '92

Marc Márquez cumple 30: "Soy una persona normal pero, como piloto, soy un putilla"

El campeonísimo de Cervera afronta la nueva temporada orgulloso de haber superado los dos años más duros, sacrificados, dolorosos e intensos de su espectacular y exitosa vida

Marc Márquez.

Marc Márquez. / ALEJANDRO CERESUELA

Emilio Pérez de Rozas

Lo sabe mucha gente. Lo contó Rosa Alentà, la madre del campeonísimo Marc Márquez. “Allí estábamos, Julià y yo, un año después de casarnos, sentados en el sofá de nuestra casa de Cervera, dando saltos de alegría por el gol de Koeman y la Copa de Europa conquistada por el Barça en Wembley, disfrutando tanto, tanto, de aquella victoria, de aquella conquista, de aquel gol, que nos miramos y nos dijimos ¿pero qué hacemos aquí solos? ¡venga, Julià, que sea lo que Dios quiera! Y, ya ve, a los nueves meses nació Marc”.

Marc Márquez Alentà cumple hoy 30 años. Márquez celebra este cumpleaños de una forma especial, muy especial, demasiado especial. Se diría que es el cumpleaños más especial, pues empieza una nueva vida y carrera, la que se ha ganado después de muchísimos sacrificios, un montón de operaciones, cientos de horas en las consultas médicas y miles de horas en el gimnasio.

Documental estremecedor

Pero Marc Márquez ha vuelto y, el próximo domingo, en Madrid, presentará la historia, el documental ‘Marc Márquez: ALLIN’, donde se narra con voces e imágenes absolutamente inéditas, en cinco capítulos, cómo sobrevivió a un enorme martirio de dos años y como se ha convertido, de nuevo, en un piloto que aspira a recuperar el título de MotoGP, si Honda, que ese es otro cantar, le proporciona una moto competitiva.

Márquez sigue siendo el piloto líder, estrella, único, bandera, icono de la parrilla de MotoGP. Recién cumplidos los 30 años (debutó en el Gran Premio de Portugal del 2008), nadie, nadie posee sus números. Ha corrido 232 grandes premios, ha ganado 85 de ellos, es decir, el 36% de los que ha corrido, se ha subido al podio 139 veces, es decir, el 60% de las veces, ha logrado 91 ‘poles positions’, más que nadie en la historia, y conquistado ocho títulos: 125cc, Moto2 y seis de MotoGP.

“Es obvio que pensé en la retirada y que lo hablé mucho, mucho, con mi gente, especialmente con mi padre, claro….”, dice en el arranque de ‘Marc Márquez: ALL IN’, donde se hace un silencio de 20 segundos, inspirado en la emoción que siente Marc. “Y les digo….”. Y 20 segundos más de silencio y, casi, sollozos internos. “…vale la pena o no. Para vivir, tengo; lo que he conseguido, conseguido está, pues….paramos y ya está. Tampoco hace falta este sufrimiento”.

"Me defino como una persona que lucha por lo que quiere. Quiero volver para hacer feliz, de nuevo, a los míos"

Marc Márquez

— Piloto del equipo oficial Repsol Honda

Pero Márquez decidió aceptar el reto, de nuevo, de volverse a operar, en Estados Unidos, por cuarta vez de su húmero derecho y empezar la que, ahora sí, era la última recuperación, la definitiva. “La última carta”, como dice él. Se concedió ese privilegio y lo hizo, sin duda, entre lágrimas. Como dijo durante su enfrentamiento, incluso físico, con Valentino Rossi: “Carácter, tengo y huevos, más”.

A los 30 años, Márquez siente la misma pasión que cuando debutó, la misma. “Me defino como una persona que lucha por lo que quiere y yo quiero volver para hacer feliz, de nuevo, a los míos”. Y ahí está, el día de su cumpleaños más feliz, a las puertas de presentar su emocionantísimo y vivido documental, único, sí, y a tres días de presentarse, de nuevo, con su equipo y marca del alma, el Repsol Honda.

Cuando le preguntan qué tipo de persona se considera, Márquez no duda en decir, con rotundidad, que “como persona, me considero una persona normaaaaal”, responde alargando, sí, esa a de normalidad. Pero enseguida añade, con vigor y determinación: “Pero, como piloto, en la pista, me considero un putilla”.

Márquez regresó, el pasado lunes, de los ensayos de Sepang (Malasia), con un sabor agridulce. Estaba feliz, eufórico, especialmente orgulloso, después de tanto dolor y sacrificio, de haber comprobado que está en la mejor forma física posible, como en sus mejores tiempos. “Ya puedo hacer lo que quiero con la moto, ya no tengo limitaciones y, además, me recupero sin problemas de los esfuerzos realizados”.

"¡Claro que pensé en la retirada! y en si valía o no la pena tanto sacrificio. Para vivir, tengo y lo que he conseguido, conseguido está"

Pero, por otro lado, sabe que, de momento, no tiene una moto ganadora, ni mucho menos. Dicen, dicen, que en los últimos tests de pretemporada, a mediados de marzo, en Portimao (Portugal), podría aparecer una moto con un chasis retocado que le permitiese, tal vez, empezar a ver el final del túnel en el que vive Honda, pero, de momento, estamos hablando de un pequeño milagro.

Pese a todo, este nuevo Marc Márquez, resurgido con determinación y empujado por la pasión que siempre le mueve, celebrará hoy, a lo grande, sus 30 años y, el domingo, presentará la historia jamás contada, llena de momentos mágicos e imágenes estremecedoras. Es, sin duda, una manera de volver a ser el de antes. Mostrando cómo se ha reconstruido el campeón más grande de las últimas décadas.

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