Opinión: Reponer fuerzas y cargar las baterías

El campamento vive una actividad frenética por el trabajo de los mecánicos y la llegadas de centenares de aficionados

Mientras la carrera de coches parece muy bien encaminada hacia Nasser Al-Attiyah, la de motos está completamente abierta

Nani Roma, al volante del Hunter de BRX en la sexta etapa del Dakar

Nani Roma, al volante del Hunter de BRX en la sexta etapa del Dakar / ASO

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Hay tres días señalados en el Dakar, que todos los participantes esperan con anhelo y énfasis: La salida, la jornada de descanso y el final. La salida reúne los nervios de un año de trabajos y las dudas sobre el estado de la preparación. La jornada de descanso, después de una semana de desgaste físico y mecánico, es el punto para reponer fuerzas y recargar las baterías. Finalmente, el momento de la llegada. Cruzar la línea de meta es el sueño de todos, el objetivo más preciado. Hacerlo realidad significa que le has ganado la partida a la dureza de la prueba, con más o menos éxito, según las opciones de cada uno.

La primera semana, en esta oportunidad, ha sido más dura de lo que realmente nos esperábamos. La navegación ha hecho estragos en algunas etapas, principalmente en la primera; la velocidad ha sido muy alta, lo que ha provocado demasiados accidentes y problemas mecánicos. Se ha hecho la primera selección, pero mientras la carrera de coches parece muy bien encaminada hacia Nasser Al-Attiyah, la de motos está completamente abierta y se espera una semana agitada.

MÁXIMA AGITACIÓN El inmenso campamento de Riyadh, donde el rally permanece durante cuatro días en esta ocasión, pasa a convertirse en un escaparate brutal del Dakar. Los mecánicos trabajan duro para reconstruir sus respectivas máquinas, dejarlas impolutas para afrontar la segunda semana de carrera, la decisiva. Los pilotos descansan y, a su vez, se dedican a las relaciones públicas, atienden a la prensa y preparan las venideras etapas, que nada quede al azahar. A su alrededor, el bullicio, como si un concurrido mercado se tratara, centenares de aficionados admirando a sus héroes, sus máquinas y buscando la mejor foto para el recuerdo.