La dura lucha de José María Caneda contra el cáncer

"Es el partido más importante de mi vida y por lo menos lo tengo que empatar", dice con optimismo el expresidente del Compostela

"Estuve 10 meses sin poder comer y bajé 30 y pico kilos, pero hay que llevarlo con buen humor y estar tranquilo", reflexiona el exdirigente

José María Caneda

José María Caneda

SPORT.es

SPORT.es

José María Caneda, quien fuera presidente del Compostela y uno de los personajes más mediáticos del fútbol español en la década de los 90, padece un cáncer de estómago y esófago y afronta el reto más importante de su vida. 

Caneda, a quien le diagnosticaron con retraso el cáncer, afronta la enfermedad como un partido y dice que "por lo menos lo tengo que empatar".

Recuerda el expresidente del equipo compostelano, de 76 años, como fue el proceso, en una entrevista en el diario Marca: "Fuí a Urgencias y me dijeron que era de los oídos. Yo creo que faltó profesionalidad, no me hicieron una endoscopia... Estuve 10 meses sin poder comer y bajé 30 y pico kilos. En ese periodo sin diagnóstico dio tiempo a que todo se fuera al garete. La Sanidad no funciona bien. Ahora, el trato es exquisito. Voy mejor. Me iban a sacar el estómago. He recuperado el 80%, pero esto es duro. Hay que llevarlo con buen humor y estar tranquilo. Me comentaba un amigo alemán, que es médico, que no entendía que en España no se aplicaran ciertos medicamentos que ya curan el cáncer. La mitad de los cánceres no se curan porque no hay iniciativa, porque los gobiernos no invierten en lo que hay que invertir. Hoy sólo tienen acceso a estos medicamentos los multimillonarios, los pobres no tiene acceso a ellos".

Caneda, ya en el ámbito futbolístico, recuerda su gesta al frente del Compostela: "La clave está en creer en lo que haces. Dotamos al equipo de futbolistas que podían jugar en varios puestos, entrenábamos muchísimo y teníamos buenos preparadores físicos y buenos médicos. Compré unas máquinas extraodinarias para poder competir con otros equipos mucho más grandes, que luego las copiaron, pero yo fui el primero que las trajo de Estados Unidos para la recuperación de ligamentos cruzados".

Pero lo que fue una aventura hermosa, tuvo un triste final: "Las personas que más daño le hicieron al Compos fueron los políticos que no pagaron. El club le debía 430 millones de pesetas a jugadores, Hacienda y Seguridad Social. Y a nosotros nos debían 1.780 entre la Televisión de Galicia, el Ayuntamiento y la Consejería de Deportes. Es decir, el Compostela tenía un superávit contable de 1.300 millones de pesetas cuando desapareció. Al Compostela lo deshizo la política, con la complicidad de Hacienda y de Villar, que fue el cáncer más grande que tuvo el club".

Caneda, entre muchos recuerdos, tiene dos especiales: "Hay dos partidos que no olvidaré jamás. El primero, cuando subimos a Segunda. Teníamos que ganarle al Badajoz, que había sido campeón de grupo, estaba invicto en los 'playoffs' y nos había metido cuatro en El Vivero. Metimos 12.000 personas en Santa Isabel, un campo de 1.500, e hicimos de caja 50 millones de pesetas. Y el segundo, el del ascenso a Primera, contra el Rayo (en el Carlos Tartiere). Las 20.000 personas que metimos en Oviedo nunca las habrá en Santiago".

Tuvo muchos entrenadores, pero se queda con uno: "A mí me gusta un entrenador que tiene las narices para poner 2 o 3 jugadores del filial y sacarle rendimiento. El mejor que tuve, el más trabajador, fue Fernando Castro Santos, un profesional como la copa de un pino".

Han cambiado mucho las cosas desde entonces, también en los presidentes de los clubs: "Con Dalmau, con Soláns, con los hermanos Roig... Pero mis favoritos eran Lendoiro, mi paisano, y Mendoza, dos caballeros en todo el sentido de la palabra. Incluso con Gil, después de la pelea, hubo una buena relación. Jesús no era mal tipo. Era especial y un poco animal, como yo, pero tenía buen fondo".