El Athletic arrasa en el derbi vasco

El conjunto rojiblanco derrotó a la Real con tantos de Vivian, Sancet, Williams y Muniain (4-0)

Remiro, que paró un penalti en la primera parte, no pudo evitar el alud goleador en el tramo final

Los jugadores del Athletic celebran uno de sus goles en el derbi frente a la Real Sociedad

Los jugadores del Athletic celebran uno de sus goles en el derbi frente a la Real Sociedad / EFE

X. Serrano

Noche para el recuerdo en San Mamés. La Catedral, con un ambiente ensordecedor, llevó en volandas a un Athletic Club que arrasó en el derbi vasco (4-0). Los goles se concentraron en el tramo final. Vivian y Sancet asestaron dos golpes casi inmediatos, definitivos, a balón parado. Y el mediocentro, revulsivo clave, orquestó los goles de Williams y Muniain. El capitán se desquitó así del penalti que le paró Remiro en la primera parte.

Athletic-Real Sociedad

LaLiga Santander

4
0
Alineaciones
Athletic Club
Unai Simón; De Marcos (Balenziaga, 90'), Vivian, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche; Berenguer, Dani García, Vesga (Vencedor, 63'), Muniain; Raúl García (Sancet, 63') y Iñaki Williams (Villalibre, 87').
Real Sociedad
Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Merino (Guridi, 63'); Portu (Djouahra, 76'), Silva (Rafinha, 63'), Oyarzabal (Lobete, 88'); y Sorloth (Martin, 76').

La Real se presentó en San Mamés con importantes bajas (Januzaj, Diego Rico, Monreal, Carlos Fernández, Barrenetxea e Isak) pero empujada por los buenos resultados, con una sola derrota en 2022, para buscar un triunfo que le asentara en las plazas europeas y, de paso, alejar a un Athletic que llegaba a cuatro puntos.

Con respecto a la decepcionante derrota en Mallorca, Marcelino García Toral recuperaba a jugadores clave como Iñigo Martínez y Oscar de Marcos, directos a un once encabezado por la dupla ofensiva formada por Iñaki Williams y un Raúl García que hilaba dos jornadas marcando. Mientras que en el cuadro 'txuri-urdin' los goles debían correr a cuenta de Sorloth, el elegido en punta.

Sin embargo, no se vieron goles en una primera mitad de gran derroche físico. El tono lo marcó San Mamés, ensordecedor desde antes del pitido inicial. Y el Athletic correspondió a su público con la entrega que le caracteriza, especialmente en las grandes citas. Los leones dominaron la primera media hora de juego desde la presión y amenazaron en rápidas transiciones.

Williams, desacertado en el remate pero estajanovista en los movimientos, fue un dolor de muelas para la zaga donostiarra. Aunque la acción decisiva del primer acto tuvo como protagonista involuntario a David Silva, al que señalizaron un penalti por manos. El capitán Iker Muniain asumió la responsabilidad, pero en el duelo al sol salió vencedor Álex Remiro. El arquero adivinó la dirección y, con una mano tensa a ras de suelo, desvió el tiro a córner.

Crecido por los pitos de la grada, el canterano del Athletic volvió a lucirse al repeler un trallazo de Yuri, asistido por Williams. Las paradas de Remiro revitalizaron a la Real, más fluida con el cuero al filo del descanso. Aunque le faltó acierto para materializar el peligro. Por destacar algo, un tiro de Silva desde la frontal que salió por encima del arco.

La agresividad del Athletic, vencedor en cada duelo y balón dividido, marcó el tramo inicial del segundo acto. Punzante, el cuadro vizcaíno piso área con peligro. A Berenguer se le marchó cerca del larguero un remate de cabeza, Williams tiró manso a las manos de Remiro y Raúl García probó suerte de lejos. El duelo quedó parado sobre la hora de juego por un feo choque de cabezas entre Vesga y Merino que acabó con los dos implicados sustituidos por precaución.

La igualdad se rompió a balón parado. En una acción de gran dificultad, cayendo hacia atrás, Vivian cabeceó al fondo de las mallas tras desprenderse de la marca de Oyarzabal. San Mamés rugía y el Athletic iba como un tiro mientras que la Real, más cansada, decrecía. El golpe definitivo llegó cuatro minutos después y de nuevo en un saque de esquina. Sancet se adelantó a todos en el primer palo y estiró la pierna para mandar el cuero a la red.

La Catedral era una fiesta, pero aún faltaba el colofón. El 3-0 llegó en una contra de manual. Sancet se llevó el cuero con el pecho y cruzó de campo con el esférico pegado al pie, abrió en el momento justo para la entrada de Berenguer y el extremo cedió en boca de gol al '9'. Aún faltaba el 4-0. De nuevo frotó la lámpara Sancet y filtró un pase para Muniain, que se desquitó del penalti con una definición de calidad. Fiesta completa en Bilbao.