Montilivi, en números rojos

"El equipo quiere y lo quiere de verdad", decía Francisco nada más empatar con el Lugo. El caso es que, por más que lo quiera, de momento no puede. Los resultados y también las sensaciones no acompañan para un Girona que se defiende fuera de casa pero que tropieza, y de qué manera, cuando juega en Montilivi. Es aquí donde los números se escriben en rojo. Son flojos y de lo más mejorables.

El balance en casa es de los más pobres que el equipo ha firmado nunca en esta categoría. Hace más de una década que como local no rinde así de mal. Con todavía jornadas por delante, el actual Girona ha sumado menos de la mitad de los puntos que ha disputado en Montilivi. En concreto, un 48,9 por ciento con un bagaje irregular: 6 victorias, 4 empates y hasta 5 derrotas. Han volado más puntos (23) de los que se han conseguido (22).

Este promedio no era tan bajo en Segunda desde el curso 09/10, salvado sobre la campana con el famoso penalti de Kiko Ratón en la última jornada. Los números eran algo más flojos que los actuales: 47,6% de los puntos en casa. Desde entonces las cifras siempre han mejorado, aunque las del curso 13/14, en el que también la salvación fue agónica, el rendimiento era similar al actual aunque algo mejor: 49,2%.

Nada que ver con el rendimiento del curso pasado. El Girona 20/21 hizo aguas fuera pero era un huracán en Montilivi, con 47 puntos de 63 posibles: 74,6%. En liga regular apenas encajó dos derrotas por las cinco que ya acumula. Eso sí, no es el mejor bagaje de los últimos años. Con Rubi en el banquillo, la temporada 12/13 fue para enmarcar, sobre todo los números en casa. Hasta 48 puntos en toda la Liga. Un 76,2%, el mejor porcentaje que se recuerda. Peor funcionó en Primera, sobre todo el año del descenso. Con Eusebio Sacristán, apenas 15 puntos de 57 y tres únicas victorias: 26,3%.