El Girona necesita reaccionar en Balaídos

El fútbol no entiende de término medio. Va demasiado deprisa. Tanto, que en Girona se ha pasado de la ilusión a las dudas en muy pocas semanas. Tras un mes horrible, con un punto de doce agravado por la incapacidad del equipo para ver portería, no hay otra que pisar el pedal del freno y hacer marcha atrás. Regresar a los orígenes y recuperar la versión intensa, agresiva y competitiva de las primeras jornadas es imprescindible para sumar.

Es necesario para los gerundenses, que visitan un campo de grato recuerdo. Balaídos, en 2008, vivó la primera victoria del club en el fútbol profesional moderno, cuando los rojiblancos, entonces entrenados por Raúl Agné, se estrenaron en Segunda con un 0-1 para el recuerdo. Casi una década más tarde, Machín y los suyos están obligados a rascar algo positivo si no quieren terminar la jornada y llegar al parón en zona de descenso.   

Son 20 los futbolistas que el técnico se lleva a Vigo. Quiere “hacer grupo”, que viajen cuantos más mejor. Tan solo se quedan en casa los lesionados Marc Muniesa, David Timor, Eloi Amagat y Álex Granell. Del estado de este último, Machín se limitaba a hablar de un “problema muscular” sin poner fecha de retorno. Los demás, todos disponibles.

También Carles Planas, descartado el último mes por lesión, pero de nuevo en una convocatoria. El lateral, con pasado en el Celta, podría enfrentarse a su ex equipo si tiene hoy minutos.

Machín no quiso dar muchas pistas del once que pueda saltar al campo, aunque reconoció que cabe la “posibilidad de volver” al mismo planteamiento de los primeros partidos, calcando el dibujo y también a sus protagonistas. La baja de Granell la puede cubrir Aleix Garcia, mientras que Douglas Luiz, uno de los pocos que aprobó ante el Barça, podría tener un sitio sentando a Portu en el banquillo.

El Celta, un rival que ha “disipado las dudas del inicio” según Machín, tan solo tiene la ausencia de Nemanja Radoja. El serbio ya está recuperado, pero sin ritmo.