Elche y Girona se neutralizan

Resumen del Elche-Girona (0-0) del playoff de ascenso a Primera

Carles Rosell

Combate nulo entre Elche y Girona, en un partido tosco, sin apenas llegadas. Lo condicionó un césped lamentable que dañó un choque con muy poco brillo. El ascenso sigue en el aire, se decidirá este domingo en Montilivi. Necesitarán goles los visitantes. Los de casa, mejorar algo su imagen. El planteamiento de Pacheta, reforzando la defensa e impidiendo que los mejores hombres de su rival pensaran, ahogaron a Samu, Borja y Stuani. No aparecieron los tres tenores y el espectáculo lo lamentó.

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Alineaciones
Elche
Édgar Badía, Óscar Gil (Tekio 86¿), Verdú, Dani Calvo, Josema, Juan Cruz, Manuel Sánchez, Iván Sánchez, Pere Milla (Claudio 86¿), Escriche (Josan 64¿) y Nino (Mfulu 76¿).
Girona
Riesgo, Ramalho (Calavera 94¿), Ignasi Miquel, Juanpe, Maffeo, Gumbau, Granell, Samu Sáiz, Borja García (Gallar 84¿), Jairo (Valery 66¿) y Stuani.

Si el Girona venía de sorprender de buen inicio en Almería, controlando la situación y marcando de buenas a primeras, anoche no pudo repetir la historia en el Martínez Valero. Lo impidió el Elche, muy bien plantado en el terreno de juego. También el césped, en un estado pésimo. Le costó carburar al conjunto de Francisco, que fue incapaz de chutar entre los tres palos en el primer acto, y que vio como muy pronto Ramalho era amonestado, lo que le condicionaría por el resto del encuentro.

Tuvo la posesión el conjunto local, aunque no la aprovechó para hacer daño. Aparecía a ratos el cuadro de Pacheta, bien ordenado atrás, con tres centrales, pero sin ideas en el centro del campo, fiando sus opciones de peligro a las excursiones de Juan Cruz por banda izquierda o a la inspiración de Nino y Escriche. El primero apenas apareció. Lo hizo para rematar con la cabeza un buen centro desde el costado, pero mandó el esférico a las nubes.

Las interrupciones estaban en el orden del día. Era una constante. El juego no era fluido y eso no beneficiaba al Girona, que impuso su ritmo en la anterior eliminatoria, pero anoche iba a remolque de lo que quería su rival y del contexto. El campo estaba impracticable y era difícil ver en acción a Samu Sáiz y Borja García. Cada vez que aparecían, algún central salía a la caza. La consigna estaba clara y ni el 10 ni el 14 se sentían nada cómodos.

Stuani apenas le llegaban balones. Y Jairo, titular de nuevo porque Aday no se recuperó a tiempo, hacía lo que podía por banda derecha, donde un poco más atrás le guardaba las espaldas Maffeo, titular por la lesión de Mojica.

Sin apenas argumentos para mover el balón y construir jugadas, al equipo no le quedó otro remedio que explotar el disparo lejano y el balón parado. Lo probó Granell desde su casa en el minuto 10 para enviar su chut a manos de Badía. Y desde el córner, muchos centros al área pero sin apenas resultado. Solo un saque de esquina a punto estuvo de sorprender al guardameta ilicitano, cuando Verdú, en su intento por despejar el balón, casi y lo manda a su propia portería.

Mejora el duelo

Sacó su versión más agresiva el equipo catalán tras el descanso. Un punto más de intensidad para asustar a su rival, para hacerle recular. Le funcionó durante unos minutos para neutralizar al Elche, hasta entonces dominador. Tantas revoluciones le sirvieron al Girona para buscar la portería de Badía, con un par de rematados calcados. Ignasi Miquel se desmarcó a las mil maravillas, pero su ejecución fue nefasta en ambas ocasiones.

Tanto, que tras el segundo error consecutivo, de pura rabia, golpeó el palo de la portería. Se llegó a reclamar un posible penalti sobre Stuani que el colegiado, Arcediano Monescillo, pasó por alto. Mientras, Maffeo se las tenía en banda y Francisco le pedía calma. El partido no estaba bonito, las ocasiones brillaban por su ausencia, pero las espadas estaban por todo lo alto. El voltaje, al máximo. A todo ello, Samu Sáiz le puso toda la intención del mundo con un zapatazo que lamió el poste.

Movió el banquillo Pacheta para dar entrada a Josan, que le aportó el punto de velocidad que necesitaba su equipo. Mejoró el Elche, que empezó a ganar metros de nuevo para acercarse a la meta defendida por Riesgo. El portero se salvó en el 77, cuando Pere Milla, con todo de cara, remató muy mal con su zurda para enviar el balón muy lejos de la portería.

Antes Francisco ya le había dado la alternativa a Valery, junto a Gallar los dos únicos jugadores que entraron de refresco en un conjunto, el gerundense, al que se le notó cansado con el paso de los minutos. El árbitro decretó el final y no hubo nada más reseñable. Tregua hasta el domingo, cuando se decidirá todo.