Historia SPORT

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Erick, de estar desahuciado a fichaje estrella del Barça con una 'madre coraje'

El azulgrana no pudo andar de los siete a los 14 años por la llamada 'Enfermedad de Perthes' y siempre contó con el respaldo de su madre

"Quería jugar, pero nunca habría imaginado que podría llegar hasta aquí. Con una enfermedad, en silla de ruedas...", recuerda para SPORT

Erick Mendonça, un ejemplo con mayúsculas de superación

Erick Mendonça, un ejemplo con mayúsculas de superación / JAVI FERRÁNDIZ

David Rubio

David Rubio

El nuevo fichaje azulgrana Erick Mendonça nació hace 28 años en la localidad mexicana de Guadalajara y tuvo que superar un calvario en su infancia con el gran soporte de su madre, una jugadora de voleibol profesional portuguesa que conoció a su padre en una concentración de la selección 'encarnada'. Sin embargo, su relación se rompió, el cierre renunció al apellido paterno y se quedó con el materno.

El caso es que su madre, Sandra Maria Olim Mendonça, tuvo que regresar desde México a su Portugal natal sola con un Erick que cayó enfermo con tan solo siete años. Después de moverse para obtener segundas opiniones se confirmó la peor noticia posible: el pequeño sufría el Síndrome de Legg-Calvé-Perthes ('Enfermedad de Perthes'), que causa la muerte patológica (necrosis) de la cabeza del fémur que afecta a entre 4 y 32 niños de 100.000 dependiendo de cada país.

En ese momento el cierre azulgrana tenía solo tiene años e inició un largo proceso hasta los 14 en los que siempre tuvo a su madre al lado como recuerda para SPORT. "Bueno, yo soy un luchador, pero mi mamá es el triple de luchadora. La verdad es que me han pasado cosas que me han hecho crecer y madurar muy rápido. Yo quería jugar, pero nunca habría imaginado que llegaría hasta aquí. Con una enfermedad, en silla de ruedas... Mi madre me decía siempre que me iba a recuperar y que iba a quedar bien, pero yo me veía en la silla mientras los chicos jugaban y a veces incluso me unía a ellos con las muletas", comentó el campeón mundial y europeo con la selección portuguesa junto a su nuevo compañero de equipo André Coelho.

Dos veces ganador de la Champions League con el Sporting, Erick ha conseguido pasar página pero tiene muy presente todo lo que sufrió su madre para sacarlo adelante. "La enfermedad es una cosa mala, pero lo que pasó después es muy bonito, porque volví a correr y pude jugar. Es verdad que perdí siete años de infancia, pero eso ya está. Pero mi madre... Cuando me llevaba a la escuela con la silla tenía que dejar el coche sin que hubiese un aparcamiento especial. Me sacaba y me llevaba mientras la gente le decía de todo. Ella me dejaba llorando y eso es lo más duro, porque ella se va a quedar con eso para siempre", comenta con ternura y admiración.

Erick, en la reciente Copa Catalunya

Erick, en la reciente Copa Catalunya / FCB

"Ahora cuando vamos a un centro comercial o a cualquier sitio con un espacio para las sillas de ruedas y vemos aparcar allí a alguien sin la pegatina mi madre se pone loca, porque sufrió mucho. Y yo también, ¿eh? Lo que he vivido te hace mucho más sensible ante este tipo de cosas. Más de una discusión he tenido en el Sporting cuando un compañero aparcaba en un espacio para minusválidos. "No hay nadie", me decían. ¡Pero no lo hagas!, le respondía yo.

Con 14 años empezó a escampar y la tormenta dio paso a nuevas ilusiones a las que Erick se aferró con una fuerza y una decisión inusitadas. Y ahí la tradición familiar tuvo mucho que ver en el futuro de un Erick Mendonça que llega al Barça totalmente consagrado y con la misión de elevar el nivel competivo del grupo para optar a todos los títulos. En principio era el único fichaje para el nuevo curso, pero la lesión de Ferrao ha posibilitado que llegue también el ciezano Álex Yepes.

"Cuando estaba en la silla sentado y veía a los otros niños hacer deporte yo tenía claro que algún día quería jugar al fútbol sala, porque el club de mi barrio lo fundó mi abuelo, el padre de mi mamá. El Quinta dos Lombos (sur de Lisboa junto a la Playa de Carcavelos), que ahora está en Primera División (sexto en la pasada liga regular). Mis primos jugaban allí y siempre estuve muy cerca del fútbol sala. Es lo que siempre he querido y quizá por eso lo disfruto tanto", concluye el luso nacido en México. De hecho, el tatuaje que lleva en su brazo derecho es una unión de escudos que representa a los dos países.