Una noche para la historia: así se vivió desde dentro una jornada mágica

El Camp Nou vivió una de los días más especiales de su historia con 91.553 aficionados

La afición marcó un antes y un después en el fútbol femenino y fue la jugadora número ‘12’ de una eliminatoria para enmarcar

El gran mosaico del Clásico femenino

El gran mosaico del Clásico femenino / Carla Puig

Carla Puig

Carla Puig

"A pesar de que nos separen colores y escudos, toca celebrar lo que nos une, el fútbol femenino”. Así arrancaba el discurso de Silvia Abril, ayer invitada de honor en el Camp Nou, antes de que las jugadoras saltaran al verde. Empezó a sonar el himno del FC Barcelona, los aficionados en pie y los brazos alzados: tocaba dibujar un mosaico especial. “More than empowerment”, se podía leer.

Sin embargo, la asistencia no parecía ser la esperada y muchos papeles quedaron en el asiento. Y es que los aledaños del Camp Nou estaban colapsados; la gente hacía colas inmensas para entrar en el estadio y los coches no podían llegar hasta la puerta. 

La árbitra inició el partido y los aficionados seguían llegando a cuentagotas. Hasta que, pasada la media hora del partido, no cabía ni un alfiler. El Camp Nou estaba, prácticamente, lleno. “Vamos a hacer récord”, comentaban los culés. Y no iban mal encaminados.

Cuando las jugadoras volvieron de los vestuarios, con el 1-1 en el marcador, se volvió a dibujar el mosaico y, esta vez sí, el mensaje era mucho más potente por toda la gente que formaba parte de él. Pero no fue la última vez y es que la explosión de emociones llegó con la remontada. El gol de Aitana y, dos minutos después, el de Claudia Pina convirtieron la noche en una fiesta.

Un ambiente insólito 

Las luces en los móviles de los culés iluminaban todo el Camp Nou, que brillaba más que nunca. Entre cántico y cántico, la estrella del FC Barcelona, Alexia Putellas, anotaba el cuarto y con una reverencia ante la afición le devolvía todo lo que estaba sucediendo en el Camp Nou.

La cifra oficial no se desveló hasta el final del partido: 91.553 personas hacían historia al unísono. Este fue el último gol del encuentro que, a pesar de que no subiera al marcador, significaba mucho más que una victoria. Y nadie se movió. Todos querían quedarse en su asiento para asimilar lo vivido. Nadie tenía palabras. Nadie sabía qué decir. Las jugadoras sí: dieron una vuelta al estadio agradeciendo a todos y cada uno de los aficionados su presencia. Y acabaron delante de la grada de animación, el alma total de un Camp Nou que hoy era una fiesta.

Ganaron la eliminatoria, pero anoche la victoria más importante fue la del fútbol femenino.