Un estudio revela cómo olía en la Edad Media

Los autores de 'El olor de la Edad Media. Salud e higiene en la Europa medieval', Javier Traité y Consuelo Sanz de Bremond, han querido desmontar el "mito"

En su relato, el imaginario guerrero franco llamado Clotario visita Tréveris a mediados del siglo V, momento del saneamiento en la época del ocaso de Roma

Casco medieval

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Los autores de 'El olor de la Edad Media. Salud e higiene en la Europa medieval', Javier Traité y Consuelo Sanz de Bremond, han querido desmontar el "mito" sobre el mal olor en esta época del Medievo. En su relato, el imaginario guerrero franco llamado Clotario visita Tréveris a mediados del siglo V, momento del saneamiento en la época del ocaso de Roma.

Aunque ya existieran las letrinas públicas, era habitual que los ciudadanos cumplieran con sus necesidades donde les surgiera la urgencia. Los cambios en la higiene pública y la gestión de los residuos surgieron por el descenso demográfico y la desaparición de la administración centralizada.

Traité y Sanz de Bremond expresan que las ciudades de la romanidad tardía gestionan volúmenes de materia fecal "muy inferiores a los de la plenitud imperial". En el siglo XIX aparece el concepto moderno de higiene, relacionado con la teoría microbiana de la enfermedad. Para los médicos de aquel periodo, "el excremento no era algo terrible".

En cuando al campo medieval, olía a estiércol. La mezcla de animales, humo de leña, ceniza y diferentes olores del campo estaba presente. El estudio destaca los modelos de higiene urbana medieval como el vikingo, bizantino e islámico, donde las ciudades pensaban diferentes estrategias de pavimentación y normativas sobre basureros y limpieza pública.

La higiene individual da comienzo con el ocaso de las termas romanas. Sin embargo, la cultura del baño aparece en el Mediterráneo oriental y occidental entre 661 y 750. Los investigadores analizan los lavados de rituales religiosos, aclarando que "mientras judaísmo e islam hicieron de la higiene corporal la llave que abría la puerta a la limpieza espiritual, hasta el punto de convertirla en ritual, en el cristianismo ocurría lo contrario: demasiada atención a la higiene corporal conllevaba suciedad espiritual".

El estudio concluye con la importancia del olor de las personas en la Edad Media. El lavado de manos y la importancia de los aguamaniles, cabeza y dientes, el tenedor, la limpieza textil y doméstica, los desodorantes, la depilación, los partos y la higiene mensural, todo ello se encuentra ya en esta época histórica.