Un gol en el minuto 120 echa al Betis de Europa

Los verdiblancos forzaron la prórroga en el 89' con un tanto de Borja Iglesias

Guido, en propia puerta, anotó el gol del pase del Eintracht cuando se divisaban los penaltis

Canales, en una acción del partido contra el Eintracht

Canales, en una acción del partido contra el Eintracht / AFP

Alba López

Se despidió el Betis de la Europa League de la forma más dolorosa posible, después de forzar la prórroga con un gol de Borja Iglesias en el minuto 89 y encajar el tanto de la eliminación en el 120, obra, para colmo de la desdicha, de Guido en propia puerta. Los verdiblancos dicén así 'adiós' al sueño de jugar la final de la competición en el Sánchez Pizjuán, santuario de su archienemigo. 

Se la jugó Pellegrini en Alemania con un once muy ofensivo, colocando a Canales en el doble pivote en lugar de William Carvalho y entregando las alas a dos puñales como Joaquín y Ruibal. El experimento funcionó en el arranque, pero después los verdiblancos perdieron peso hasta acabar cediendo la iniciativa a un Eintracht enchufadísimo que rozó el gol en un disparo al larguero de Knauff.

Lo pasó mal el Betis en la primera parte, superado por un conjunto alemán, físicamente portentoso, que en muchas fases dudó entre defender o atacar y terminó echándose al monte porque no sabe hacer otra cosa. Las 'aguilas' estaban ganando la batalla del centro del campo y por ahí empezaba a desmoronarse el castillo de naipes heliopolitano. 

Tras el descanso, Pellegrini dobló su apuesta dando entrada a Juanmi por el lesionado Miranda. Y volvió a apretar el Betis, como lo había hecho en los primeros compases del partido. Juanmi pudo empatar la eliminatoria en un cabezazo sensacional, pero lo evitó Trapp con una manopla milagrosa.

Y cuando parecía que el sueño europeo del Betis llegaba a su fin, apareció Borja Iglesias en el minuto 89 para forzar la prórroga con un remate exquisito de puntera en el primer palo que forzó la prórroga, donde el delantero gallego estrelló un balón al larguero. Sobre la bocina, dolor, mucho dolor con el gol en propia portería de Guido. Hay días en que es mejor no levantarse de la cama.