EUROLIGA

Un colosal Larkin endosa al Real Madrid su tercera derrota seguida

Sergio Llull anotó 13 puntos... pero no fueron suficientes

Sergio Llull anotó 13 puntos... pero no fueron suficientes / EFE

EFE

Shane Larkin, base del Anadolu Efes, sobrevoló Madrid y el partido en el que se enfrentaron los dos mejores equipos de la Euroliga, sin que el equipo español encontrara la forma de frenarlo y cayese por 75-80 ante el líder Anadolu Efes.

122135

EUROLIGA

75
80
Alineaciones
REAL MADRID, 75
(20+20+15+20): Campazzo (10), Deck (6), Carroll (3), Tavares (6), Taylor -cinco inicial-, Causeur (4), Rudy Fernández (8), Laprovittola, Felipe Reyes (2), Sergio Llull (13), Mickey (8) y Thompkins (15).
ANADOLU EFES, 80
(20+23+16+21): Larkin (32), Beaubois (7), Singleton (7), Pleiss (13), Simon (2) -cinco inicial-, Balbay (5), Sanli, Moerman (5), Tuncer (3), Anderson (3) y Peters (3).

El estadounidense anotó 32 puntos, con una serie de 5/8 en tiros de dos, 5/6 en triples y 7/7 desde el tiro libre. Y el Madrid sólo consiguió empatar el primer cuarto, perdiendo, por escaso margen, eso sí, los tres siguientes.

El tercer KO consecutivo de los blancos deja al equipo turco un poco más líder tras ganar el mejor partido posible en Europa en estos momentos.

El tono defensivo que imprimió el Real Madrid al partido desde el salto inicial le reportó el primer estirón en el marcador, 14-5 (min. 3:45). Ergun Ataman, entrenador del Anadolu Efes, no tardó en pedir tiempo muerto e introducir en pista a uno de sus especialistas defensivos, Dogus Balbay.

La superioridad defensiva y el balance positivo de Walter 'Edy' Tavares en el duelo de gigantes con Tibor Pleiss le permitió al Madrid esa ventaja. Pero los cambios de Ataman y la dureza de su defensa dio paso a un parcial de 0-7 en 3:30 minutos en los que el Madrid no vio aro de ninguna manera.

Shane Larkin, pese a la vigilancia madridista, demostró que se le caen los puntos de las manos y pese a la entrada de Sergio Llull y Rudy Fernández el primer acto acabó con 20-20. En el segundo acto siguieron los movimientos de ajedrez de ambos técnicos, haciendo gala de la profundidad de los dos banquillos.

El problema del Madrid fue, otra vez, la escasa puntería desde la línea de 3 puntos, 4 de 17 (23%), mientras que los turcos estuvieron mucho más acertados, 6 de 12 (50%).

El ajuste defensivo de los otomanos y la falta de fluidez en ataque de los jugadores del equipo español, propiciaron que en el minuto 19 el Anadolu Efes se pusiera por primera vez al frente (40-41), para cerrar el cuarto con el 40-43 con el que los equipos se marcharon al vestuario.

Tras veinte minutos y salvo alguna acción aislada de Facundo Campazzo, Jordan Mickey o Rodrigue Beaubois, el partido no fue espectacular de cara al aficionado, pero si muy competido, variado tácticamente y luchado por ambos bandos.

Jaycee Carroll siguió con su mala racha en el tiro y, además, en el minuto 24 (46-47) se retiró cojeando y desesperado por su falta de puntería, 1-4 en triples y 0-3 en canastas de 2 puntos a estas alturas de partido.

Los dos equipos hicieron un gran despliegue físico para anular al rival, el Madrid poniendo el foco en Larkin y el Anadolu en Llull y Thompkins. Laso se jugó la carta de Nico Laprovittola, mientras que Larkin siguió a lo suyo, metiendo triples, 4/5 en 28 minutos de juego (53-53).

Al final del tercer cuarto, 55-59 y la sensación de que el Madrid no conseguía encontrar la racha ganadora de otros partidos. El Madrid siguió peleando contra su falta de puntería y contra un imperial Larkin que sobrevoló por la capital de España dominando el partido.

Dos triples de Llull permitieron al Madrid atisbar un rayo de luz, 64-67 (m.34), pero otro triple de Larkin, el quinto de su cuenta particular, volvió a oscurecer el panorama.

La explosión que necesitaba el Madrid llegó como consecuencia de los tapones de Tavares y un triple de Campazzo, al filo de los tres últimos minutos, hizo que el marcador se estrechara, 72-73, y que el Palacio estallara en ebullición.

A dos minutos para el final y con el tiempo de posesión al límite Tibor Pleiss clavó un triple frontal que fue un auténtico puñal para las aspiraciones locales, 72-76