Osasuna avergüenza a un Espanyol que pinta peor que nunca

Osasuna golea al Espanyol en Cornellà

Franc Mendiola

Se acaban los adjetivos para calificar la a todas luces nefasta temporada del Espanyol. Ante Osasuna, el once de Pablo Machín tocó techo en lo que a calamidad se refiere. Los pericos, incapaces aún de ganar en casa, siendo además el peor local de toda la categoría, vieron como los de Jagoba Arrasate les remontaba el 1-0 de Marc Roca con un festival rojillo en la segunda mitad, y eso que se quedaron en inferioridad por expulsión de Roncaglia. La lluvia de errores de los blanquiazules les dejó en pañales, desubicados e incapaces de responder a Osasuna, un auténtico equipo. Calleri, en su primer gol con los blanquiazules, maquilló el resultado (2-4) pero nada más que eso. Pintan bastos en Can Perico y nadie parece saber cómo ponerle remedio.

121630

LaLiga

2
4
Alineaciones
Espanyol
Diego López; Pipa, Calero (Melendo, 63'), David López, Bernardo, Pedrosa (Piatti, 68'); Marc Roca, Víctor Sánchez (Calleri, 53'), Darder; Campuzano y Wu Lei.
Osasuna
Juan Pérez; Nacho Vidal (Moncayola, 60'), David García, Roncaglia, Estupiñán; Roberto Torres, Oier; Rubén García, Darko; Chimy Ávila y Adrián (Raúl Navas, 54').

Al igual que ante el Getafe, el Espanyol empezó cohibido y sin oler balón, y solo un fuera de juego vital evitó que el 0-1 del Chimy Ávila subiera al marcador. Darder, en su partido 100 con la elástica blanquiazul, tomó las riendas de los suyos en lo que a presencia en ataque se refiere, y el cuadro de Machín empezó a carburar a partir del cuarto de hora. A la labor del centrocampista balear se unió un Pedrosa muy incisivo, que se prodigó una y otra vez por su costado. Precisamente de sus botas nacería la jugada que dio origen al 1-0. En un balón colgado para que Wu Lei lo rematara, el balón pegó en las manos del ex perico Roncaglia. El VAR intervino, porque nadie más lo vio, y se acabó señalando un penalti que Marc Roca transformó con sangre fría.

Era el primer gol del Espanyol en los primeros 30 minutos de sus partidos en lo que va de campeonato. La fortuna, esta vez, sonrió a los catalanes, que con el tanto se serenaron y desplegaron las alas en ataque. Osasuna, no obstante, mostró empaque y sobriedad, y los navarros acabaron inclinando el campo a su favor hasta el descanso. El duelo era realmente parejo, equilibrado y sin espacios. Hasta que en dos contras todo pudo saltar por los aires. Un balón a la espalda de la zaga pamplonica lo recogió en carrera Wu Lei. El delantero chino, tras zafarse del debutante Juan Pérez por lesión de Herrera en el calentamiento, se la puso templada a un Pedrosa que, a bocajarro y casi a portería vacía, perdonó el 2-0. Y en la siguiente acción, Diego López intervino magistralmente para evitar el empate en un zurriagazo de Roberto Torres que terminó por repeler la madera.

Bochorno mayor

Pero claro, el Espanyol sigue siendo una calamidad en los arranques de partido y en la reanudación. Para muestra, dos botones. Una jugada larga con fallos en cadena acabó con un centro de Estupiñán que Rubén García, entrando en tromba en el segundo palo, cabeceó con gallardía por encima de los centrales blanquiazules. Por si fuera poco, Bernardo regaló el 1-2 a Chimy Ávila apenas dos minutos después. Un error grosero del central colombiano que reactivó a Osasuna, evidenciando la tremenda pájara de los pericos. El equipo de Machín recobró la fe con la expulsión tonta de Roncaglia, que vio su segunda amarilla, y el regreso de Calleri y Piatti.

El partido entró en efervescencia. La tensión en los blanquiazules era palpable a cada instante. Resoplos en el campo y en la grada, la frescura de ideas brillaba por su ausencia y los rojillos, en inferioridad, lo tenían mucho más claro que su rival. Incluso llegaron con más peligro sobre el área de Diego gracias al omnipresente Chimy Ávila. Más allá de balones colgados por la banda, el equipo de Machín no manufacturaba una sola ocasión con cara y ojos. Lo que sí acumulaba a raudales eran los errores de todos los colores. En uno de entendimiento entre Darder y Bernardo, Moncayola acabó marcando a la contra su primer gol en Primera División y sentenciando. Para más inri, el Chimy Ávila provocó un penalti infantil de Pipa, el 1-4, y Calleri maquilló el marcador con su primer gol. 2-4 y una parroquia perica quebrada en lo anímico, silbando enrabietada y sin respuestas a una incertidumbre que está ennegreciendo las esperanzas de salvación de los espanyolistas esta temporada.