El Espanyol asalta La Romareda con lo mínimo

El duelo de entrenadores nuevos que se vivió en La Romareda tuvo a Manolo González y al Espanyol como vencedores. El conjunto perico sufrió, pero terminó llevándose el triunfo en el campo de un Real Zaragoza que buscaba dar un golpe anímico con el reestreno de Víctor Fernández en el banquillo.

Fue precisamente un exzaragocista el que asestaría el primer (y único) golpe del partido. En una jugada bien trazada por los visitantes, cuando solo habían pasado siete minutos del pitido inicial, Puado aprovechó un gran centro de Brian Oliván para perforar la portería defendida por Edgar Badía y poner por delante al Espanyol.

El Zaragoza perdona

Los de Manolo González estuvieron bien plantados durante toda la primera, pero sufrieron desde el inicio de la segunda. El Zaragoza apretó los dientes, llevado en volandas por un estadio que no paraba de rugir. Los blanquillos tuvieron el gol del empate en una acción a balón parado que cabeceó Francés y que Pere Milla, que entró al descanso por un lesionado Braithwaite, sacó bajo palos.

Los de Víctor Fernández fueron superando y encerrando a un Espanyol que trataba de frenar el ritmo de los locales. Bakis pudo hacer uno de los goles de la temporada con un remate acrobático que se fue por encima del larguero por muy poco y el partido se convirtió en un bombardeo constante de balones por parte de los zaragocistas al área defendida por Joan García

Un disparo, un gol

El Espanyol terminó la segunda parte sin realizar un solo disparo. En el global del partido, solo disparó a puerta en la acción del gol de Puado, pero fue suficiente para llevarse tres puntos valiosos (y casi milagrosos) ante un Real Zaragoza cuya imagen en la segunda parte invita al optimismo.