España se deja remontar la final del Mundial sub-17

España perdió la final del Mundial sub-17

España perdió la final del Mundial sub-17 / AFP

Javier Giraldo

Javier Giraldo

La selección española se dejó remontar un 2-0 en la final del campeonato del mundo sub-17: los dos goles iniciales del blaugrana Sergio Gómez no sirvieron ante al alud de la selección inglesa, que convirtió la segunda parte en un monólogo para coronarse campeona del mundo en Calcuta (India).

102434

Mundial sub-17

5
2
Alineaciones
Inglaterra
Curtis Anderson; Steven Sessegnon, Joel Latibeaudiere, Marc Guehi, Jonathan Panzo; Callum Hudson-Odoi, George McEachran (Conor Gallagher, m.87), Philip Foden, Tashan Oakley-Boothe (Angel Gomes, m.91), Morgan Gibbs White (Nya Kirby m.81); Rhian Brewster.
España
Álvaro Fernández; Mateu Morey, Hugo Guillamón, Víctor Chust, Juan Miranda; Antonio Blanco (Carlos Beitía, m.81), Ferrán Torres, Moha Moukhliss (Nacho Díaz m.85), Sergio Gómez, Cesar Gelabert (José Lara, m.72); Abel Ruiz.

España empezó bien, afinada de cara a gol y dominando el partido. Especialmente inspirado estuvo Sergio Gómez, el zurdo del Juvenil A del Barça, que adelantó a España en el minuto 10 en una acción que pareció fuera de juego, pero que el colegiado aprobó.

Gómez firmó el segundo de España a la media hora de partido, tras una buena acción de Cesar Gelabert. Gómez controló el balón y lo colocó en la red en un gran remate con la pierna izquierda.

La reacción inglesa

Pero Inglaterra reaccionó con entereza a los dos goles de Sergio Gómez: el equipo dirigido por Steve Cooper se estiró y empezó a dominar el partido con cierta autoridad, obligando a España a defenderse. El primer susto lo dio Hudson Odoi, con un remate al palo.

Los muchachos de Santi Denia empezaban a achicar agua, pero no pudieron evitar el gol de Brewster, que remató de cabeza entre los dos centrales españoles un buen centro de Sessegnon desde la banda derecha. Libre de marca, Brewster remachó a gol delante de Álvaro Fernández, que no pudo hacer nada para evitar el 2-1.

El portero de España sí que evitó el empate en la última acción de la primera parte, una peligrosa falta desde la frontal, lanzada por Brewster, máximo goleador del torneo. Álvaro despejó con la punta de los dedos un balón que amenazaba con convertirse en el empate.

La segunda parte, un monólogo de Inglaterra

En la reanudación, España intentó retomar el mando del partido, pero no lo tuvo fácil: al equipo de Denia le faltó control desde el centro del campo, donde la potencia física de los ingleses no tardó en imponerse.

Con un punto más de velocidad, los ingleses hicieron daño por las bandas, sobre todo con las progresiones de Sessegnon por la derecha: un centro suyo habilitó en boca de gol a Gibbs White, que no falló ante Álvaro Fernández.

El gol del empate de Inglaterra fue similar al primero: jugada por el costado derecho y remate franco a pocos metros de la línea de gol.

Inglaterra olió la sangre y se fue decididamente a por el partido: Foden y Hudson-Odoi se convirtieron en dos puñales por las bandas, buscando el remate de los dos goleadores, Gibbs White y Brewster. 

Pero España se resistió a dejarse remontar. La selección de Denia intentó apropiarse del balón, pero se topó con un rival aún más fuerte en lo psicológico y sobre todo, en lo físico.

Hudson y Foden, imparables

Fueron precisamente Hudson-Odoi y Foden los encargados de construir el tercer gol de Inglaterra, el que consumó la remontada, en el minuto 69: Hudson-Odoi superó en la carrera por la banda izquierda a Antonio Blanco y filtró un pase perfecto para la llegada desde atrás de Foden.

El 2-3 obligó a Denia a reaccionar, dando entrada a Lara en sustitución de Gelabert: poco después, Chust la tuvo en un córner a favor de España, pero el portero inglés, Anderson, rechazó el balón. 

España lo intentó hasta el final, pero tuvo que rendirse a la evidencia: la puntilla la puso el central Ghuei, tras un rebote en la segunda jugada a balón parado.

El 2-4 sentenció la final a falta de cinco minutos, pero aún habría tiempo para que Foden, una de las estrellas del torneo, firmase el quinto, resolviendo de manera brillante un contragolpe.