Tenis

Djokovic, tras susto y remontada, avanza en el US Open

El serbio cedió los dos primeros sets ante su compatriota Laslo Djere pero recondujo hasta el 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3 que le ponen en cuarta ronda

El tenista serbio Novak Djokovic.

El tenista serbio Novak Djokovic. / Jean Catuffe / Dppi / Afp7 / Europa Press

Idoya Noain

Cuando el jueves le comentaron a

Carlos Alcaraz

cómo se le había despejado a

Novak Djokovic

su parte del cuadro en el

US Open

, al menos en cuestión del ránking de sus rivales, el murciano avisó: “Todos los jugadores pueden hacer grandes resultados, y Djokovic no debe bajar la guardia”.

Era como si Alcaraz hubiera anticipado lo que estaba por llegar este viernes a la pista Arthur Ashe, donde Nole se medía en tercera ronda con su compatriota Laslo Djere. Porque el dueño de 23 grandes acabó ganando al 38 del mundo, pero cedió los dos primeros sets, y aunque por octava vez en su carrera logró una remontada desde ese lugar, por un momento se asomó al abismo de despedirse del Abierto tan temprano como no se marchaba desde 2006 y quedarse sin opciones de lograr su cuarto título neoyorquino.

“Ha sido uno de los partidos más duros que he jugado en Nueva York en muchos años”, reconocía Djokovic en la pista pasada la una y media de la madrugada, después de las tres horas y 45 minutos de juego que le hicieron falta para cerrar con su segunda bola de partido el 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3. Ese resultado le ha llevado a la cuarta ronda, en la que se mide el domingo con el croata Borna Gojo, 105 del mundo.

En los dos primeros partidos en Nueva York Djokovic solo había cedido 11 sets, pero Djere llegaba al encuentro dispuesto a no pensar en números, ni en resultados ni en el marcador. Aunque nunca ha ganado a un top 10 en un grande, ya el año pasado en Belgrado había obligado a Djokovic a tirar de toda su experiencia y a sacar todo su arsenal para ganar, también tras ceder el primer set y llegando al tie break en los dos siguientes.

Esta vez, con un tenis aún mejor, Djere repitió estrategia. Le rompió el servicio a Djokovic en el segundo juego del partido y subido a esa ola, atacando desde la línea de fondo, sirviendo con contundencia y sin compasión en los golpes, se anotó la primera manga. En la segunda mantuvo bien asido el timón, salvó de nuevo las tres oportunidades que Nole tuvo de romperle, y con el parcial de 2-0 hizo pensar en lo que sobre el papel había parecido impensable.

Pero a Djokovic no conviene nunca desestimarle. Se puso, literalmente, frente al espejo, según contó a pie de pista después, riéndose de sí mismo por lo enfadado y molesto que estaba con el resultado e instándose a levantar los ánimos. Decidió cambiar el rumbo, en su cabeza y en su tenis. Y Djokovic siendo Djokovic, lo consiguió.