El CAR respira de nuevo

La vida regresó al CAR de Sant Cugat. Era un momento importante para los deportistas que llevan más de dos meses soñado con volver a 'su casa'. Desde el 14 de marzo que no se abrían las puertas del centro para los deportistas y este lunes la vuelta al trabajo era una realidad.  A las 7.45 horas empezaron a desfilar nadadores, waterpolistas, pilotos, atletas, entrenadores... 

A cuentagotas iban llegando los nadadores. Mireia Belmonte, Jessica Vall, Àfrica Zamorano, Albert Escrits, el entrenador Jordi Jou, la piloto de trial Neus Murcia, los nadadores paralímpicos Marian Polo, Toni Ponce o Núria Marquès... uno a uno ataviados con su mascarilla y muchos de ellos con guantes se acercaban a la barrera de entrada del CAR.

Todos tenían que parar al entrar para que les tomaran la temperatura y se adivinaba una sonrisa en sus caras pese a la mascarilla. Por fin la vuelta al trabajo era una realidad. El director del CAR, Ramon Terrassa, dio la bienvenida a todos y cada uno de los deportistas que se distribuyeron en turnos para cumplir con la normativa que les obliga la nueva situación generada por la pandemia del coronavirus.

El segundo turno, a las 9.00 horas

Llegaron posteriormente atletas como la velocista Cristina Lara, parte del equipo nacional de waterpolo con Ani Espar, Laura Ester, Roser Tarragó, Pili Peña o Marta Bach, los hermanos Heredia de pentatlón moderno... Al final unos 40 deportistas y entrenadores llenaron de nuevo las instalaciones del CAR. Algunos llegaban con más tiempo, otros mirando el reloj:“No podemos parar que sino no entrenamos hoy”, dijo Tarragó al llegar acompañada de Marta Bach.

Hacía nada menos que 66 días que lo máximo que podían hacer era entrenarse en sus casas o correr por sus alrededores y como mucho nadar en el mar,  pero no habían tenido contacto con el agua hasta hoy. 

La emoción de Jessica Vall

Jessica Vall comentó al entrar: “Estoy muy contenta de poder volver, de que el CAR nos dé esta oportunidad, y que realizando estos protocolos podamos volver a una pseudonormalidad y poder empezar a preparar la temporada”.

La nadadora del Sant Andreu explica su sensación cuando se ha levantado esta mañana: “Hacía tiempo que no iba al cole y esto es algo parecido al primer día de clase”.

‘Xess’ se había entrenado en el mar “pero no es lo mismo. La flotabilidad no es igual, la sal, nadas con neopreno, pero han sido pasos para ir regresando a la normalidad y ojalá puedan abrir ya los clibs también porque están trabajando mucho para poder albergar de nuevo a todos los socios.

Adaptándose a la normativa

Por su parte, el director del CAR Ramon Terrassa también se mostró satisfecho de poder abrir por fin las instalaciones que él dirige: “contentos porque esto significa que como sociedad avanzamos. Nosotros solo somos un eslabón más de la sociedad”.

Terrassa explicó pra Sport que “nos hemos tenido que adaptar a la normativa vigente excepcionalmente. Horarios, entrenamientos individuales, medidad de control, no poder tener concentraciones”.

El director del CAR considera qume los perjuicios de esta situación son: "No poder hacer el mismo tipo de entrenamiento, no tener concentraciones es un perjuicio ya no solo económico sino también por el hecho de no poder trabajar en equipo”.

Lo que más preocupaba a Terrassa en esta situación era “el abismo de no saber dónde íbamos pero no solo el CAR sino toda la sociedad”.

Esperando la vacuna contra el coronavirus

La vida en el CAR piensa que “será diferente hasta que no haya una vacuna, pero será igual que a todos los niveles”. Piensa que el deporte de alto rendimiento español “no se verá más perjudicado que en otros países”.

Es muy sincero al reconocer que “nadie sabe que hay que hacer con una veracidad absoluta. Hay que tener humildad y aprender conjuntamente y no pasa nada si ha habido errores. Hay que ir corrigiendo de manera fraternal si es necesario. Hay que avanzar juntos”.