Donnarumma mete al Milan en la final de la Coppa de Italia en los penaltis

Un partido de vuelta muy parejo se decidió en los penaltis

Un partido de vuelta muy parejo se decidió en los penaltis. / AFP

Sergi Montes

El Milan se clasificó para la final de la Coppa de Italia, donde se medirá a la Juventus, gracias a la lotería de los penaltis y a un inmenso Donnarumma, que brilló con luz propia en la suerte de los once metros tras un partido parejo en el que ni lombardos ni celestes fueron capaces de perforar la portería contraria antes.

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Copa de Italia

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Alineaciones
Lazio
Donnarumma; Calabria, Bonucci, Romagnoli, Rodríguez; Biglia, Kessie (Montolivo, 96'), Bonaventura; Suso (Borini, 107'), Cutrone (Kalinic, 70'), Calhanoglu.
Milan
Donnarumma; Calabria, Bonucci, Romagnoli, Rodríguez; Biglia, Kessie (Montolivo, 96'), Bonaventura; Suso (Borini, 107'), Cutrone (Kalinic, 70'), Calhanoglu.

La primera parte fue de alternativas en el juego, con los laziales bien puestos al inicio y al final y el Milan mejor ensamblado en el ecuador de los 45 primeros minutos. La Lazio gozó de los dos primeros acercamientos con peligro de la Lazio, y Milinkovic-Savic estuvo a punto de marcar tras el enésimo error en la entrega de los milanistas. Las imprecisiones y los nervios fueron mutuos y siempre fueron protagonistas en un duelo parejo de inicio a fin.

El paso por vestuarios no minimizó el ritmo competitivo. Los de Inzaghi dominaban algo más, pero el despliegue de Kessie cercenaba cualquier opción de los locales. El partido estaba en la salsa que quería Gattuso en una segunda parte tensa y a cara de perro pero sin grandes ocasiones de gol. Con ese guión el marcador no se movió se llegó a una prórroga en la que ambos mostraron un buen tono físico. Romagnoli, en un córner, acarició el 0-1 pero no cabeceó bien un balón suelto.

Al final, el pase copera se decidió en la tanda de penaltis, donde Donnarumma impuso su ley deteniendo los dos primeros lanzamientos de la Lazio a Milinkovi-Savic y Lucas Leiva. Un disparo a las nubes de Ramos, unido a la posterior conversión desde los once metros de Romagnoli, teminó otorgando el boleto a la final a la Juventus.