Raúl Jiménez, el hombre-milagro del Benfica

Como sucedió hace más de tres meses en Kazajistán, el delantero mexicano Raúl Jiménez fue decisivo para que el Benfica diese un paso al frente en la Champions League, gracias a su decisiva intervención hoy ante el Zenit ruso.

"La inspiración de Jiménez fue el momento del partido", reconoció hoy André Villas-Boas, entrenador del Zenit. En el minuto 85, el mexicano, que había sustituido a Kostas Mitroglou en el 67, lanzó un inesperado zapatazo a unos veinte metros de la portería rusa.

Aunque el meta Lodiguin repelió el remate, el rechace cayó mansamente en la cabeza del argentino Nico Gaitán, que puso el 1-1 cuando la eliminatoria estaba empatada (el Benfica había ganado en la ida 1-0) y el Zenit empujaba más.

La genialidad del mexicano sirvió para que el Benfica sellase el pase a los cuartos de final, ronda a la que no llega desde 2012. A pesar de que Jiménez es suplente -tiene por delante al brasileño Jonas y al griego Kostas Mitroglou, en la Champions League ha sido decisivo. Pese a esta circunstancia Jiménez no baja los brazos: "Todos queremos jugar, todos estamos para jugar, pero el míster es el que decide. Yo tengo que seguir trabajando a tope".

El 25 de noviembre de 2015, en Astana, la fría capital de Kazajistán, anotó dos goles que nivelaron un 2-0 desfavorable y que certificaron la clasificación del Benfica a los octavos de final de la Champions. 

Raúl Jiménez se mostró contento por su potente disparo que propició el gol del argentino Nico Gaitán, decisivo para que el Benfica eliminase al Zenit, y prometió seguir "trabajando a tope", a pesar de no ser titular en el equipo. "Veo la bola botando, la vi bonita para pegarle y, afortunadamente, acabó en gol", señaló a la televisión lusa Jiménez. 

El triunfo pone al Benfica en el bombo de los cuartos de final de la Champions. "Ésta es una motivación extra para seguir encarando los partidos como una final. Hay que pensar en el día a día para lograr los objetivos", señaló el exjugador del Atlético de Madrid.