Quo vadis, Juve?

Ronaldo fue fichado para ganar la Champions y desde entonces solo acumula disgustos

La eliminación europea ante el Oporto evidenció carencias que venían de lejos

¿La Juventus necesita a Cristiano?

Perform

X. Serrano

Fue un final precipitado, pero no impensable. La caída de la Juve ante el Oporto, tercer fiasco continental de Ronaldo en sus tres años en Turín, respondió a carencias antes exhibidas.   

Lo fácil es señalar a Cristiano, anulado por la zaga lusa e impreciso en toda la eliminatoria. Pero aunque con el paso de los años haya reducido su rango de acción y este curso su nivel de juego, no ha dejado de marcar. Esta campaña, 27 goles en 32 partidos. La pasada, 37 en 46. Y la anterior, 28 en 43. Mengua, pero la sombra del luso es alargada y cubre en el día a día otras carencias globales. Pero si el gatillo se encasqueta en el ‘día D’, se levanta la liebre.

Cristiano Ronaldo y la Juventus cayeron eliminadas de la Champions ante el Oporto

Cristiano Ronaldo y la Juventus cayeron eliminadas de la Champions ante el Oporto / EFE

En este caso, un proyecto deportivo errático y cambiante, incapaz de potenciar a contrarreloj a su estrella. La Juve ha tenido tres entrenadores en tres años. De Allegri se pasó a Sarri, a las antípodas, sin darle un plantel acorde a su libreto. Cesado Sarri, la apuesta fue el debutante Pirlo.

Tras un inicio dubitativo, condicionado por las bajas y las novedades; la Juve pareció despegar en 2021. Sin brillar, hiló 10 victorias en 11 partidos, con un once consagrado. Pero las intermitentes bajas de puntales como De Ligt, Arthur o Cuadrado revelaron las carencias de una plantilla descompensada, de un equipo sin identidad propia. 

La Juve de Cristiano naufraga ante el Porto

El Porto logró resistir heroicamente en Turín y avanza a a cuartos de final pese a perder por 3-2  / MEDIAPRO

Sarri, con todos sus defectos, potenció la sociedad CR7-Dybala. Sin el argentino, atormentado por las lesiones, el juego interior ha sido un solar. Arthur se consolidó en la base, pero faltó un hilo conductor. Sorprendió el joven McKennie, pero Rabiot y Ramsey no dieron el paso. Demasiado a menudo, todo se redujo a chispazos individuales y buscar las bandas, un plan pobre por mucho que despunten Chiesa y Cuadrado. Sobra trabajo y el tiempo de Cristiano se agota.