Silvia Bartot, de Fuerteventura al Campeonato de Europa

Combinar con maestría el kick boxing y el boxeo está solo al alcance de un grupo reducido de elegidos por la clara diferencia entre ambas disciplinas y la exigencia y la coordinación que conlleva esa dualidad.

A la estela del mediático irlandés Conor McGregor con sus tristes apariciones por el boxeo como aquel combate contra Floyd Mayweather en el que solo dio 'golpes de conejo' o del catalán César Córdoba (ocho victorias y una derrota como boxeador tras su exitosa etapa en las mixtas), Silvia Bortot es otro ejemplo de ello.

Con 63 combates como amateur en boxeo y con otros tantos en kick boxing, la transalpina fue elegida mejor luchadora de Italia en 2005 y 2006 (logró el título nacional esos años en kickboxing) y se proclamó campeona italiana de boxeo en 2011.

Ahora la peleadora de Motta di Livenza está preparando a sus 37 años en Fuerteventura el asalto a un título europeo de boxeo que ya detentó en dos ocasiones y cuya disputa estaría en función de que se imponga en su próximo combate.

A las órdenes de Javi Cozar, la italiana ha ubicado su campamento de entrenamientos en el Club Kozar Boxing de Corralejo, una población situada al norte de Fuerteventura.

Allí está preparando el asalto a un inminente combate que le daría opción a pelear por recuperar el cetro continental en una carrera profesional bastante tardía que inició en 2016 con 31 años en Bangkok derrotando a los puntos a la local Wachiraya Chamnankit.

Antes, Bartot había amasado un notable palmarés con su medalla de bronce en 2013 en el Mundial K1 WAKO, al año siguiente con su título italiano Pro K1, un nuevo bronce por destreza atlética del Comité Olímpico Italiano (CONI) y el cetro de campeona italiana Pro K1 que reafirmó en 2015 con su victoria en el Campeonato de Europa Pro K1.

Después de solventar sus seis primeros combates profesionales con cinco victorias y un nulo ante la también italiana Alessia D'Addario, Bortot se enfundó el cinturón continental EBU del peso superligero en enero de 2019 al vencer a domicilio a la francesa Marie Helene Meron por KO técnico y nueve meses después defendió el cinturón con éxito en Italia por decisión unánime ante la belga Djemilla Gontaruk.

En su última pelea, la italiana se impuso el 16 de julio a la búlgara Borislava Goranova, una púgil con 84 peleas a sus espaldas.