Sube, Luis Suárez; Baja, Sampaoli

La temida visita del Sevilla se saldó, en un primer tramo, con un contundente 3-0 en tan solo treinta minutos. Una exhibición de fútbol, actitud e inteligencia táctica que desarboló a un Sevilla temeroso, defensivo, con una línea de cinco hombres y que, ni por esas, fue capaz de frenar la vertiginosa capacidad ofensiva que nos regaló el Barça en un primer tiempo primoroso. En ese periodo emergió la figura de un enorme Luis Suárez, autor de un extraodinario gol de chilena que dejó a todo el Camp Nou con la boca abierta. Un tanto de gran recurso técnico y de verdadero depredador del área.

La belleza de ese gol estuvo a la altura del majestuoso juego que nos regaló y brindó un Barça desatado, que disputó uno de los mejores cuarenta y cinco minutos de toda la temporada. Pero es que Luis Suárez es mucho más que gol. También es trabajo, brega, presión, lucha y gracias a esas virtudes que le adornan, recuperó un balón que se iba para hacer un pase de la muerte a Messi que Leo aprovechó para pone tierra de por medio con el Sevilla y dejar el marcador 2-0.

En el lado opuesto de la balanza, el Sevilla de Sampaoli. Eliminado de Europa, con cuatro partidos seguidos sin conocer la victoria, se presentó en el Camp Nou con una defensa de cinco hombres. Y aún así, fue goleado. Si a Luis Enrique se le ocurre, como a Sampaoli, presentarse en un campo de fútbol con esa ideología e intenciones, arde Troya. Un Sevilla decepcionante que reaccionó en el segundo tiempo con un 4-4-2 y una apuesta más valiente y decidida. Demasiado tarde. Para doblegar al Barça hay que ofrecer mucho más, jugar mejor... o tener una pizca de suerte.