Piqué: Jerarquía, decibelios y una lógica falta de ritmo

El central catalán regresó después de su grave lesión y su voz se hizo notar en el Camp Nou

Sufrió con el ataque dinámico del PSG y la potencia de los puñales del cuadro parisino

Tensión entre Griezmann y Piqué durante el partido

Gerard Piqué mantuvo un tenso rifirafe con Griezmann durante el partido ante el PSG /

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Gerard Piqué ha vuelto. Y lo ha hecho en tiempo récord y con un alarde de compromiso y de implicación dignos de admirar. Contra todo pronóstico el central catalán entraba en la convocatoria para el duelo de ida de estos octavos de Champions League frente al PSG. Precipitado, quizás, pero este Barça anda justísimo de efectivos en defensa y el barcelonés aseguró a Koeman que estaba para salir de inicio frente al conjunto parisino. A pesar de llevar más de tres meses en el dique seco y de la evidente falta de ritmo de partidos, Ronald no se lo pensó dos veces después de mantener una charla con Gerard. Iba a entrar en la lista y no lo iba a hacer para sentarse en el banquillo.

Sin Araujo, con Umtiti en un estado de forma deficiente y tan solo con Lenglet al 100% (a nivel físico porque el rendimiento de Clément está dejando también mucho que desear), la figura del zaguero estaba en el foco de todos: ¿Cómo iba a rendir ante tantas semanas parado? ¿Sería capaz de hacer frente a los ‘aviones’ del PSG con la evidente falta de ritmo y tras una lesión de esa gravedad? Lo cierto es que se ha hecho notar desde el comienzo.

Piqué, dirigiendo a sus compañeros en su regreso a los campos

Piqué, dirigiendo a sus compañeros en su regreso a los campos / Valentí Enrich

SU VOZ IMPREGNÓ EL CAMP NOU

Su presencia se ha percibido más en el aspecto emocional que en lo que a rendimiento estrictamente deportivo se refiere. La voz de Gerard ha retumbado sobre todos los costados del Camp Nou como si de un sargento en una academia militar se tratara. “Vamos a espabilar, joder”. “Me cago en la p***, hay que estar más intenso”. Nadie se ha salvado de la quema en las jugadas a balón parado y en las acciones en las que el Barça (que las ha habido, desgraciadamente) se ha visto desbordado por desajustes y por la amenazadora figura de Kylian Mbappé, que prácticamente se ha bastado para poner patas arriba al entramado defensivo del Barça. Se le ha visto un poco ahogado (lógico) y en la acción del gol de Mbappé (más allá de que la estrella gala tiene todo el mérito por la acción que hace) está algo lento y con poca capacidad de reacción, igual que Lenglet.

Participando mucho en la elaboración de juego (de hecho, él y Lenglet son los que más contacto con el balón han tenido en el primer tiempo), ha sufrido más sobre todo en un inicio del segundo tiempo en el que el Barça ha dado un paso atrás y ha sufrido lo indecible ante los Mbappé, Icardi o Kean. En el 1-2 de Kylian 'Geri' no termina de atinar en el despeje, pero obviamente el principal causante es un Sergiño Dest que ha sufrido un infierno en su banda con Mbappé y que rompe la línea del fuera de juego. Poco que achacar a un futbolista que llegaba después de un largo periodo de inactividad y que, posiblemente, en otras condiciones nunca hubiera precipitado así su regreso. Ha sido sustituido en la segunda mitad para intentar dar una vuelta de tuerca tras el 1-3.